Cuando mi sufrimiento tenía nombre, apellido y mucho, mucho cinismo.

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Hoy soñé contigo, no sé por qué, tampoco sé por qué te lo estoy contando. Soñé que me querías, soñé que ella no existía, soñé que estábamos juntos, soñé que me pedías perdón... Siempre viviré de sueños, siempre viviré de ti, siempre viviré de lo que me haces imaginar.

¿Sabes? He pensado mucho en ti estos días. Ha de ser porque escribo una novela sobre mi vida, por lo tanto también sobre la tuya, marcaste gran parte de mi jodida existencia, sería mezquina si no lo admitiera.

 No espero una respuesta de tu parte, gracias a ti me he acostumbrado a no esperar nada de nadie, así es mejor, me evito desilusiones. Sólo quería que sepas que me dueles, que gracias a ti estoy más sola que un cactus, que me duele tu recuerdo, que me duele pasar por esa esquina donde nos besamos por primera vez, ¿lo recuerdas? Ese 3 de setiembre... Quizás no, quizás ni si quiera me recuerdes a mi, quizás te hayas olvidado de todo lo que me hiciste sufrir.

PD.: Perdón por molestar, trataré de no volver a escribirte.

Adiós.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2014 ⏰

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Cartas perdidas - 31/01/13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora