The Way Out

The way out

cap 1.

¿Alguna vez has pensado en tener la oportunidad de escapar de toda esta civilización tan basura, que te tragara la tierra y desaparecer por siempre sin que nadie te recuerde, montarse en una nube y volar hacia un lugar pacífico donde no tengas que relacionarte con personas?

Todas esas preguntas inundaban la mente de un joven de 17 años llamado Bryan. Era un chico de metro 70 de altura, pelo negro corto, piel fina, un poco pálido, delgado y bastante ágil. No era precisamente el joven más feliz del mundo, de hecho también solía preguntarse qué era la felicidad. Se agobiaba tanto pensando en todas estas cosas porque su vida era un simple desastre o bien muy estresante. Una de las razones era porque sufría de acoso en el colegio por parte de un chico llamado Marco y sus otros 3 amigos, cuyos nombres no recordaba, ya que para Bryan eran simples basuras.

Cayó el amanecer, 5:50 am, a lo cual una alarma normalmente despertaría a cualquier chico, pero la manera de despertar de Bryan era escuchando a sus padres discutir todas las mañanas antes de que su padre se fuera para el trabajo. -"está claro que mi padre tiene una querida, no soy idiota", pensó Bryan. Hizo un intento muy vago por levantarse y arrecostarse sobre su cama. Colgaba una expresión demasiado caída, tan obstinada que cualquiera se podría deprimir con solo mirarlo.

Sus ojos achinados por el sueño comenzaron a navegar por todo su cuarto como si estuviera en un lugar nuevo.

Su cuarto era algo pequeño y sencillo, se situaba en el segundo piso de la casa, al lado derecho de su cama tenía un pequeño mueble a la altura de su cama, en la superficie del mueble tenía una lámpara algo vieja y herrumbrada, al lado, una pequeña foto de él a sus 10 años montado en un carro rojo, lo cual era bastante peculiar porque él no recordaba cuando se tomó esa foto. Al lado izquierdo de su cama había un armario café donde acomodaba su ropa, al extremo derecho del cuarto una pequeña ventana, al frente un televisor de caja que le heredó su abuela antes de morir y arriba del tele un gran póster.

Bryan se sentó sobre su cama bostezando y derramando una pequeña lágrima debido al sueño. Miró hacia arriba de la tele pegando su mirada en el gran póster, sonrió porque al menos existía algo que lo alegraba, algo que lo mantenía firme para continuar en su día a pesar de que fuera muy pesado. El póster contenía un dibujo de su Boxeador favorito, era original e incluso estaba autógrafiado por el mismísimo Boxeador. Su nombre es William Johnson, campeón Mundial y Nacional de peso mediano de boxeo, su aspecto era moreno, afro pequeño, excelente condición física, metro 87 y su frase favorita antes de pelear era "lucha por lo que más quieres dando tu 100%", pegando sus puños entre sí y dando su mejor sonrisa a la cámara. Sin duda alguna una gran inspiración para Bryan y sus seguidores. Bryan estaba muy emosionado porque estaba a tan solo 3 días de disfrutar una pelea decisiva de William en su campeonato, estaba ansioso de disfrutar del evento con su mejor y único amigo James, ya que ambos habían comprado las entradas en los mejores lugares.

Tras perderse en su mundo de fantasía, se escucha un gran golpe de puerta en el piso de abajo, estaba claro de que su padre se había marchado. Bryan dejó de fantasear en su mente tras escuchar semejante ruido, se pone las sandalias y procede a dirigirse a la sala para desayunar. Tras bajar las escaleras que conducían a su cuarto llegó a la cocina por algo de café y pan, pero lo único que se encontró fué a su madre llorando en un rincón de la cocina sujetando un pequeño paño con gran fuerza. Bryan trató de no darle mucha importancia a la escena, ya que se estaba acostumbrando a verla todos los días. Preparó su propio café y solo encontró una galleta de vainilla. Se apresuró a desayunar porque ya era un poco tarde para ir al colegio.

Pasaron unos 30 minutos y Bryan ya se había bañado y cambiado. Salió de su casa y caminó hacia la parada de buses.

-"algo no está bien"-,murmuró Bryan.  Sentía que el día estaba más pesado de lo habitual, se sentía decaído, tenía un mal presentimiento.