Más allá de mi vida Tu mundo

♠️ Capítulo XXIII ♠️

- ¡Alexander! - dijo Ayla asustada por su aparición repentina.
- Te dije que no te movieras.

El príncipe Alexander tomó firmemente la muñeca de Ayla y la condujo hacia el interior del bosque ignorando por completo las súplicas de la jóven que luchaba por no caer con sus tacos.

Una vez que estaban lo suficientemente adentrados Alexander soltó la muñeca de Ayla bruscamente quedando de espaldas a ella.
Un silencio los envolvió como ya era típico en ellos. Ayla no sabía si preguntar sobre Alice en este momento pero su curiosidad fue mayor y lo soltó...

- ¿Quién es Alice?
- Métete en tus asuntos - respondió tajante.

Ella no entendía el por qué pero sus ojos comenzaron a humedecerse y él lo notó, no por haberla visto, sino por el suave aroma de las lágrimas que emanaba de ella.

- Ella es una chica inteligente, nada especial...
- Pero suena que ella te gusta, debe ser una mujer encantadora. - dijo Ayla con un cierto pesar.
- ¡Nadie es más encantadora que la mascota de sangre! - dijo Fran apareciendo de entre la maleza - Ya que ese es el caso, volvamos juntos - dijo el pequeño mientras tomaba a la humana de la cintura como todo un caballero - Por cierto, te oí mencionar a Alice. ¿Por qué derrepente preguntaste por ella?
- Solo tengo curiosidad...
- A ella le gusta ir de un lado a otro sin parar. No puedo verla muy amenudo.
- ¿Tú la conoces?
- ¿Acaso te importa Alice? ¿Estás celosa? - dijo el pequeño astuto siendo consciente de que su alteza podía escucharlos.
- ¡N-no... y-yo! - Ayla intentaba formular una respuesta creíble que superara el carmesí de sus mejillas al notar que Alexander la miraba furtivamente.

Un leve sonido no audible para una mascota humana pero si para un vampiro puso en alerta a su alteza de inmediato.

- ¡Atrás! - Gritó el mayor de los presentes.

Una afilada daga cruzó demasiado cerca de su alteza logrando cortar un poco de su cabello para terminar clavada en uno de los troncos de los árboles.

- ¡Fran llévatela!

El pequeño vampiro no lo dudó por un segundo, tomó en sus brazos a la humana sin complejidad alguna y corrió lo más veloz que pudo para sacarlos a ambos del interior del bosque.

Ayla solo alcanzó a ver cómo oscuras figuras encapuchadas aparecían de todos lados para atacar a Alexander.

- ¡Espera Fran, no podemos dejar a Alexander ahí!
- ¡¿Qué puedes hacer?! - gritó el niño mientras forcejeaba con la inquieta humana - ¡Te convertirás en una carga si te quedas ahí!
- ...
- Este lugar debería ser seguro... - dijo el vampiro mientras bajaba de su hombro a Ayla y llamaba hacia lo que parecía una cámara.
- Esta es la sala de guardia. ¿Qué pasó?
- Soy Fran, Alexander y yo fuimos atacados en el bosque Huaer. Envíen refuerzos lo antes posible... y necesito otro equipo para la protección de la mascota de sangre.
- ¡Copiado!
- ¿Fran que haremos ahora...?
- Tú te quedarás aquí, los guardias pronto llegarán. Yo tengo que ir con Alexander. - Dijo antes de desaparecer de la nada.

Ayla rogaba en su interior que todo saliera bien. Estaba demasiado preocupada