Amor Fugaz | Meliodas x Oc

Capítulo III

Me desperté de golpe algo sonrojada, respiraba agitado, mi pecho subía y bajaba con rapidez.

¿Porque rayos había soñado eso? Dirigí mi mano a mis labios comenzando a acariciándolos... ¡No puedo creer que haya soñado que ese demonio me besaba!

Sentí como me sonrojaba aún más... ¡Ese demonio descarado me beso en mi sueño! Ya se que es un sueño... ¡¿Pero porque tenía que soñar precisamente eso?!

No puede ser... ¡¿Realmente me gusta la idea de que yo le atraiga?! ¡¡Me espante muchísimo con la sola idea de que me guste atraerle!!

¡¿Pero qué estoy pensando?! Sentí como me sonrojaba aún más si es que era posible al pensar en la pequeña y muy remota posibilidad de que... ¡De que quizás también me atraiga!

—N-no... No es posible —susurre atónita y jugando con mi cabello al pensar en esa pequeña posibilidad... Pero que era una posibilidad a fin de cuentas—. No... Él no me- ¡¡KYAAAA!! —y cuando menos me di cuenta... Me había caído de la cama.

Me sobe la cabeza algo adolorida y me levanté, solo estoy haciendo el ridículo... No tiene sentido que siga pensando en eso, no quiero estresarme...

Si, eso es, lo mejor será que no siga pensando en esa soberana estupidez, si... Es... Es totalmente imposible que ese demonio descarado me atraiga... Si... Es totalmente imposible... ¿No?

Sacudí bruscamente mi cabeza hasta que me mareo, ¡¿Pero que estoy pensando?! ¡¡Es totalmente imposible que ese demonio descarado!! ¡Es un descarado! ¡Es imposible que alguien así me guste! ¡Porque además a mí me gusta Ludociel!

Así que mejor dejo de pensar en eso, asentí decidida, entonces me levanté y me limpie mi ropa.

Ahora solo espero que nadie haya escuchado mi grito... Por favor no, ¡Que pena!

Suspiré resignada, si alguien me había escuchado... Me moriría de vergüenza, pero no hay nada que pueda hacer.

Me quité el camisón y me vestí con mi ropa de siempre para después salir de casa con una sonrisa.

¡Hoy hablaría con Ludociel! ¡Y nadie lo impediría...! De todas formas tampoco es que tenga opción, él va a hablar conmigo porque fui tan boba que era evidente que la excusa que le di ayer no lo convenció del todo.

—Me pregunto dónde estará... —murmure pensativa comenzando a caminar.

—¿A quién buscas? ¿A tu enamorado? —preguntó una voz muy conocida por mi detrás mío, con un tono juguetón.

—¡¡KYAAAA!! —di un salto en el lugar asustada y me di la vuelta para ver a la persona causante de mi susto—. ¡S-Sariel! ¡T-tu! ¡Baka! —lo regañe casi en un chillido.

—¿Ehhh~? ¡Pero si es tu culpa por no prestarme atención! —se quejó de forma infantil haciendo un puchero, cruzándose de brazos.

Rodé los ojos y me crucé de brazos inflando las mejillas indignada, le saqué la lengua a lo que él me imitó y finalmente suspiré rendida para sonreír resignada a lo que él de nuevo hizo lo mismo y me sonrió de vuelta. Era imposible que me molestara con Sariel, era muy amable y juguetón con todos y siempre me había llevado muy bien con él, además me animaba en cada uno de mis intentos fallidos de hablar con Ludociel.

—Michelle —escuche como alguien me llamaba pronunciando mi nombre detrás mío, sentí como me estremecía y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza al escuchar la grave voz de la persona que me traía completamente loca.

Me di la vuelta de forma torpe, estaba muy nerviosa, lo mire, ahí estaba, con su semblante serio de siempre, cruzado de brazos, me sonroje al sentir cómo me analizaba de arriba a abajo, ¡Estaba feliz de tener la oportunidad de hablar con él! Aunque todo mi optimismo se convirtió en vergüenza al escuchar la risa de burla de Sariel, sentí como me sonrojaba aún más, ¡Qué vergüenza!