"Shadow"

El tío Jean

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"Extiendo mi mano e intento alcanzarte, pero no puedo hacerlo. Es triste darme cuenta de todo el tiempo que perdí al dejarme llevar por las ideas absurdas de quienes me rodeaban. Ahora en mi soledad, desearía tener el valor suficiente para acabar con todo y simplemente dejar de recordarte una y otra vez, pero el tiempo es cruel y la vida sigue un solo camino...uno que jamás me llevara de nuevo a ti.

Ahora no sé ni cuantos años han pasado desde que te vi por última vez, desde que te dijera esas palabras crueles que sin duda debieron grabarse en tu corazón como un tatuaje. Te pido perdón por todo el mal que te cause y si te es posible, guíame porque esta vida sin ti no es nada más que soledad y penumbras que se aglomeran hasta formar un tifón que me devora sin piedad".

-Esta es la quinta noche que no puedo conciliar el sueño-Un joven de cabellera rubia se despertó en medio de la noche con su ropa empapada de sudor.

-Debería ir con un médico para que me recete algo o de lo contrario no podré dormir apropiadamente-Miro la fotografía que se alzaba en una cajonera en la cual se apreciaba a él y su esposa quien sostenía entre sus brazos a un recién nacido-Estoy haciendo las cosas lo mejor que puedo, pero la verdad sin ti me cuesta trabajo.

Se puso de pie y encendió su laptop para trabajar un rato, al menos de ese modo los fantasmas de su pasado lograban dejarlo tranquilo y le permitían dormir como era debido.

Cuando la mañana llego, el chico se puso un delantal y preparo el almuerzo para él y su hijo el cual llego como un rayo hasta la cocina.

-¡Papá, buenos días!-El chiquillo se sentó en una silla mientras que su padre terminaba de preparar el desayuno.

-Hola Eren, en un momento tendré listo tu desayuno-El rubio sonrió alegremente.

Desayunaron como de costumbre, Eren le platicaba a su padre cada una de las cosas que había soñado. En seguida, el chiquillo tomo su mochila y salió de la casa para ir directamente a la escuela.

-Eren-Su padre estaba recargado en el marco de la puerta.

-¿Si papá?-El chiquillo miraba atentamente a su padre.

-No...nada, olvídalo hijo. Que tengas un buen día-Eren sonrió y siguió su camino.

El rubio suspiro, cerró la puerta de su hogar y regreso a sus labores domésticas recordando el rostro de su hijo. Salió al patio trasero con escoba en mano, las hojas se aglomeraban por lo que empezó a barrer con mucho ímpetu.

Al terminar hizo algunas labores de jardinería pues ese día su hijo llegaría tarde de la escuela ya que debía quedarse en su club.

-Este dolor de espalda-Se detuvo un poco y contemplo el cielo despejado-Me pregunto si algún día me perdonaras.

El timbre de su casa se escuchó, dejo la escoba a un lado y fue a abrir la puerta encontrándose con un par de ojos color miel que lo miraron atentamente y un rostro que le sonrió alegremente.

-Debes ser el hermano mayor de Andy-El rubio conocía a la persona que estaba frente a él-Encantado de conocerte, soy Jean Kirschtein esposo de Andy.

-Hola, pasa por favor-El ojimiel llevaba una maleta consigo.

-Gracias-Siguió a su anfitrión hasta lo que era la sala-Hace poco llegue del extranjero, espero no ser una molestia para ti.

-No, para nada-Jean miraba cada uno de los cuadros que estaban en ese espacio.

-Tu hermano solía decirme que no estabas muy de acuerdo con su orientación sexual, pero supongo que es mi deber presentar mis respetos al único familiar de Andy-El rubio se sentó frente a Jean.