Una Ruta Inesperada

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Fuyuki/1994:
-¿Voy a morir aquí?-

En un mundo ideal donde no había lugar para el dolor, sufrimiento o las tragedias, un infante tan menor como el no debería de tener esta clase de sentimientos. En su lugar la mente de un niño debería de estar plagada de alegría, diversión, familia y amigos. En un mundo ideal, ningún niño debería de pasar por lo mismo que el, yaciendo en su propia espalda espalda mirando al cielo con sus ojos muertos.

-Si el infierno existe, es este-

A su alrededor, la ciudad ardía sin control.

Gritos repletos de agonía retumbaban por todas partes. Hombres, mujeres, niños y ancianos. El fuego no discriminaba entre a quienes tomar y a quienes no.

Hacia mucho tiempo que el había perdido a sus propios padres, su propia familia...todo con tal de salir de aquel infierno. Con cada paso que daba el fuego mismo empezó a reclamar más y más cosas suyas a cambio del peaje.

Cuando tenía demasiado miedo como para moverse, el fuego mismo consumió su miedo.

Cuando estaba demasiado triste como para moverse, el fuego consumió su tristeza.

Cuando la culpa lo carcomía por el no ayudar a nadie más en su camino, el fuego consumió su culpa.

Cuando la vergüenza sobre sus fracasos comenzó a ahogarlo, el fuego lo consumió también.

Y cuando el fuego se quedó sin más emociones que consumir, empezó a consumir sus propios recuerdos. Recuerdos sobre sus padres, su familia, su infancia...todo eso fue quemado en las llamas mientras el seguía recorriendo ese camino por el infierno.

Camino y camino, perdiendo un pedazo de su propia humanidad cada vez más ante las crueles llamaradas que lo rodeaban hasta que sus pequeño cuerpo no pudo soportarlo más y cayó sobre su propia espalda en un intento de comfort en ese infierno.

El mundo en el que chico vivía no era uno justo, la justicia era una simple palabra vacía en la que los débiles se aferraban con tal de no perder las esperanzas. Eso el chico lo comprendió por el mismo mientras cruzaba este infierno.

Este mundo era bueno con unos pocos, pero cruel para la mayoría. Este mundo era uno que inspiraba a lo niños a esperanzarse y soñar, protegiendo sus inocentes mentes con distracciones de un futuro lejano. Cubiertos por la ilusión de que no pueden morir, los niños continúan sus mundanas vidas, no sabiendo la verdad del mundo. El velo sin embargo es uno delgado, y fácilmente desgarrado con la introducción de un verdaderamente cruel mundo. Solo es necesaria una pequeña rasgadura para que el velo sea destrozado y los niños sientan todo el peso del verdadero mundo.

-Quiero vivir...-

No fue siquiera un susurro, o una acción consciente. Fue un reflejo, un reflejo de un chico que sabía que la muerte se encontraba cerca ya, esperando pacientemente para clamarlo.

En este infierno que fue creado a partir de la Cuarta Guerra del Santo Grial, no importase la rama del Kaleidoscope donde uno se encuentre, el destino del chico era sobrevivir.

Nadie más que el propio chico estaba destinado a hacerlo. No importase la línea del tiempo o realidad alterna, el SOBREVIVIRÍA. El ser salvado por un hombre roto, un Ejecutor retorcido o un Rey Dorado, el punto es que alguien siempre lo encontraba.

Un simple deseo, eso es lo que el buscaba conferir.

-TU vIViraS-

El niño no tenía idea de si su mente le jugaba algún truco o algo, pero eso no importaba. Dentro de este infierno que vivía en carne propia dejó de sentir dolor.

Fate: Unexpected RouteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora