᪥EXTRA᪥

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Jack

Luego de encontrarme con Elsa, en el callejón y agradecerle levanté a Emma en mis brazos y a paso más o menos rápido la llevé de camino a casa.

Después de lo que pasó por venir caminando con una niña alrededor de las 9 en un barrio peligroso, no volveré a cumplir turno extra en restaurante estando con Emma. Fue suerte que Elsa estuviera ahí y que supiera pelear de esa manera la cual me sorprendió.

- Quién era ella? - Pregunta Emma en mis brazos mientras sostiene la bolsa con pasteles.

- Una chica que conocí en la Universidad.

- Su nombre es muy bonito.

- Lo es.

Por algo estuve pensando en él todo el día.

- Ella también lo es. - Dijo mi pequeña hermana.

- La verdad, si. - Dije justo cuando ya llegamos a casa.

Mi casa era bastante pequeña, al igual que todas las del lugar. Un piso, una cocina-comedor, una pequeña sala y tres habitaciones pequeñas, una para mi mamá, otra para Emma y otra para mí, si se preguntan que hay de mi padre? nada. El abandonó a la familia hace 4 años, Emma a penas tenía 5 cuando el se fue junto a una mujer mucho más joven que él pero también mucho más rica.

- Dios, que te pasó, Jack?. - Dijo mi madre al verme entrar.

- Unos guardias trataron de quitarnos la cena, yo traté de defendernos. Claramente no gané.

- Y? Qué pasó?. Cómo es que no te llevaron a la cárcel?

- Una bella chica nos ayudó. Jack la conocía. - Dijo Emma sonriendo.

Mi madre me miró extrañada en busca de una explicación por lo que comienzo a resumir lo que pasó.

- Los guardias estaban por atacarme cuando ella se interpuso y nos defendió, y ellos se fueron asustados de ella. - Dije aún sorprendido al ver como los golpeaba.

- Y mira mamá, nos dio comida deliciosa.

Mamá se acercó a la bolsa que sostenía Emma y al ver el contenido vuelve su mirada a mi en reproche.

- Esto debió costar mucho para nosotros, no se como vas a pagarle. - Dijo con el ceño fruncido.

- Es un obsequio, nos lo dio luego de ver nuestra comida en el suelo del callejón. Me ofrecí a pagarle pero se negó. Luego le cantamos a Emma y cada uno se fue a su casa.

Mamá suspira renegando. - Bien, sólo, vamos a celebrar el cumpleaños de mi pequeña. Que los guardianes perdidos bendigan a esa chica.

Comimos pastelitos, y con una vela cantamos a mi hermanita. Luego de eso hablamos un rato para luego ir a dormir.

Hoy por primera vez fui a la cama con tranquilidad, pensando en aquella chica que me salvó.

Después de lo sucedido solo podía sentir una cosa, algo de lo que se habla muy poco en estos barrios.

Seguridad.

La era de los nuevos guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora