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Los pequeños copos blancos iban cayendo poco a poco en el suelo, cubriéndolo de espesa nieve brillante. Merrie cerró la ventana fuertemente mientras torcía la boca enojada.
Ella sabía que la nieve simbolizaba el inicio de las celebraciones que tanto le desagradaban.
La puerta de la habitación se abrió estruendosamente mientras sus hermanas más pequeñas entraban corriendo con sus grandes abrigos de lana; y al igual que cada año, llegaron a insistirle que las acompañaran a jugar entre la nieve, como siempre, Merrie se negaba mientras las sacaba a rastras de su habitación.
Amaba ver como los niños jugaban afuera y hacían pequeños angelitos entre la masa blanca, sin embargo ella odiaba hacerlo, ya que nunca lo había intentado... Sin razón aparente, el espíritu de la Navidad y de la alegría no se encontraba en ella.
Se acostó en la cama de madera mientras veía el techo de la habitación y oía los gritos de los niños al jugar. Fue cuando una luz de color llamó su atención en la esquina del techo. Merrie entrecerró los ojos intentando ver que era lo que había. Pero de un momento a otro la luz desapareció, así que no le dió importancia.
Luego... un ruido en el armario la sobresaltó.
Merrie temerosa se acercó al armario de madera rosa.
Abrió la puertecita y observó tres luces brillantes al fondo de la ropa.
Acercó su mano y un pequeño sonido salió del fondo. Un pequeño y muy débil 《Noo》, seguido de una vocecita que decía 《¿Lo ves Fai? Nos ha descubierto》
En ese momento tres personitas voladoras salieron del armario. Merrie cayó al suelo y retrocedió viendo con temor aquellas cosas que volaban.
—Querida Merrie, no nos tengas miedo —dijo la hadita de vestuario rosa—. Te hemos venido a ayudar, no nos temas...
—¿Quiénes son ustedes? —balbuceó Merrie.
—Yo soy Haz —respondió la hada.
—Yo soy Bler —respondió la hada de vestuario verde.
—¡Y yo Fai! —respondió la lila.
Merrie las miraba sorprendida y sin poder creerlo.
—¡Somos hadas navideñas! —respondió Haz con gran alegría mientras daba un giro—. ¡Te ayudaremos a que veas la Navidad de una forma hermosa! ¡Qué la ames, y que la compartas con tus seres queridos!
—¡Que comas tarta y rosca con tus padres! —dijo Fai.
—¡Que vayas a decorar el árbol que está en la sala! —exclamó Bler.
—¡¡Que gastes todos tus ahorros en dulces!! — gritó Fai.
Haz y Bler miraron a su compañera al oír aquello.
—Sería una buena idea —se excusó Fai mientras sonreía—, he oído que los dulces saben como las nubes.
Merrie la miro extrañada y de a poco el miedo se fue evaporando.
—Esponjosos y sabrosos —respondió Fai con una sonrisa.
Merrie soltó una pequeña risita.
—¡Ohh! ¡Logré que sonriera! —exclamó Fai felizmente.
—Buen logro Fai —respondió Haz mientras le guiñaba un ojo.
Merrie aún confundida preguntó: —¿Ustedes... Son reales?
Las haditas la miraron con reproche.
—Somos tan reales como el pan de jengibre —afirmó Haz mientras cruzaba sus bracitos—. Y como dijimos antes, hemos venido a ayudarte.
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🌛UNA NAVIDAD ENCANTADA🌜
Short StoryDurante muchos años, pequeñas criaturas mágicas se han encargado de llevar la magia de la Navidad a muchos hogares y familias, llenando los lugares de armoniosa felicidad, Miles de sonrisas, y de muchos, pero muchos abrazos reconfortantes. Merrie, u...