única parte

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Apenas eran inicios de año y Hyunjin ya quería que acabara.

Primero, porque no compartía el mismo horario que sus amigas. 

Segundo, odiaba el nuevo uniforme, ¿Por qué tuvieron que poner una corbata?

Y lo último y más irritante:

Volver a ver a Jeon Heejin a prácticamente dos metros.

No le agradaba, así de simple.

Ese aire de perfección y madurez, dos cosas que ella no poseía. 

No sabe si es envidia o pena. Sí, son dos cosas totalmente opuestas, pero ella tenía la misma reacción hacia estas.

##

Durante el receso se juntó con Yerim y Hyejoo. Ambas, como siempre, estaban con las manos entrelazadas.

Pensó que tendrían un poco de consideración con su solitario ser.

—Pueden hacer eso en casa —susurró para amaba chicas.

Hyejoo chistó, como siempre y Yerim le sonrió mientras se separaba de ella para empezar a comer y entablar una conversación trivial.

Sabía que, a pesar de lo que dijo, ambas mantenían sus manos juntas por debajo de la mesa.

##

Luego de otras tres clases aburridas llegó la hora del almuerzo. Esta vez estaba sola y no le importaba mucho. Al fin dejaría de ser tercera rueda, aunque sea por un momento.

Iba a sacar su almuerzo de la mochila cuando escuchó pasos en dirección al salón. Cabe decir que ella era la única ahí.

El portazo le hizo levantar la cabeza y frunció sus cejas al ver a Jeon Heejin con el cabello alborotado y la respiración entrecortada recostada en la puerta. Eso no se veía todos los días, por lo que le llamó demasiado la atención, pero tampoco se metería en lo que  estuviera pasando.

No contó con que la otra chica en la habitación se le acercara, tomara una de sus manos y mirándole a los ojos le dijera:

—Me gustas, Hyunjin.

Shock total.

Solo podía ver como Jeon Heejin se alejaba de ella, soltaba un suspiro y la miraba con nerviosismo.

—¿Qué?

En blanco, su mente se puso en blanco. No sabía cómo manejar la información.

Principalmente, no sabía lo que sentía ante esa confesión.

Lo que seguía, no sabía que podía gustarle a alguien y menos que ese alguien sea Jeon Heejin. La chica a la que odia, por así decirlo.

¿La odia?

Ya ni sabe qué sentir.

Porque al verla ahí en frente, junto con el atardecer y el viento que hace mecer su cabello se somete como a un tipo de cosquilleo en su cuerpo.

—Sé que es algo repentino y raro para ti. Hasta creo que no te agrado —dijo esto mientras una sonrisa triste aparecía en su cara. Sí, era una sonrisa triste que le hacía sentir un golpe en el estómago.

El ambiente se volvió silencioso.

Es que la verdad ella no sabía que decir, no sabía cómo responder a ello. Jamás había recibido una confesión tan directa y sorpresiva.

No había recibido ninguna confesión en general.

Evitó la mirada de Jeon Heejin a la vez que sus propias pensamientos que la obligaban a decir algo mientras se dirigía fuera del salón.

##

Ya en el baño se miró al espejo y se tocó el pecho.

Los latidos acelerados, tal vez por haber corrido tan rápido o por la escena que se repetía en su cabeza de lo que acababa de pasar hace unos momentos.

Cerró los ojos y agitó su cabeza, se echó agua y caminó en círculos por el lugar.

Contó hasta diez, pero los latidos y el recuerdo seguían ahí.

Tal vez, ¿Le gusta?

Con ese pensamiento en mente escuchó la campana del final del almuerzo.

##

No podía atender la clase.

Hacía garabatos en su cuaderno y Kahei, una compañera cercana a ella, le tocaba el hombro para que atendiera

—Veo que no está interesada en la clase señorita Kim —la llamada de la profesora no hizo que dejara de casi terminar con la segunda hoja de su cuaderno. —Hasta su libro no lo ha sacado.

Oh no. El libro lo había dejado en la taquilla.

—Se me olvidó traerlo —respondió con un poco de miedo.

—Entonces júntese con la señorita Jeon. Tal vez se le pegue algo de responsabilidad al finalizar la clase.

Risas de sus compañeros se escucharon y ella volteó su cabeza en donde estaba Jeon Heejin mirándola con ojos iluminados y una media sonrisa.

Al juntar sus carpetas sintió el ambiente incómodo, pero intentó ignorarlo y atender la clase para que luego la profesora no la ande molestando haciendo preguntas acerca del tema.

Sorpresivamente, Jeon Heejin no volvió a sacar el tema. La clase pasó rápido y eso lo agradecía.

##

A la siguiente hora, el profesor no se presentó.

Hyunjin mantenía su carpeta pegada a la de Jeon Heejin que se encontraba recostada en su espacio en esos momentos, la respiración tranquila y los ojos completamente cerrados.

Se dió cuenta de que la estaba mirando más de la cuenta.

Soltó un suspiro y alejó su vista hacia otro punto.

##

Camino a la salida recordó la tarea que la profesora Jo le dió. Era más bien una amonestación y si no se la presentaba le pondría un castigo.

Cogió el camino más corto hacia su taquilla y entre toda la basura que tenía encontró el dichoso libro. Ya justo para salir sintió una mano en su hombro. Se exaltó y tiró un golpe al azar. Sintió algo duro en sus nudillos y giró para encontrarse con la figura de Jeon Heejin sosteniendo su mejilla con una mano y su mochila con la otra.

—Auch.

##

Al llegar, la enfermera le dió hielo y dijo que acompañara a la agredida hasta que se sienta mejor.

—Sé que me odias, pero no creía hasta el punto en que me golpearas.

—Lo siento —la culpa la sentía profundamente, tanto que no se dignaba a dar la cara.

—Oye —la llamó —Fue mi culpa, no sabía que ibas a reaccionar así.

Al escuchar su risa levantó su mirada y diablos, nunca creyó ver la sonrisa de Jeon Heejin más brillante aún si estaba medio tapada por una bolsa de hielo.

—Hyunjin, fue en serio lo que dije —esos ojos profundos al igual que su voz le hizo volver a esos latidos. —Y si no sientes lo mismo, por lo menos intentemos ser amigas.

No sabe qué valor tomo para quitarle la bolsa de la cara, pero lo hizo y preguntó:

—¿Por qué te gusto?

Una sonrisa dulce apareció.

—Porque eres todo lo que yo no soy.

Fue en ese momento en que se dió cuenta de tres cosas:

Uno: estaba enamorada de Jeon Heejin.

Dos: ella tenía la sonrisa más linda de todas.

Tres: todo había cambiado.

Todo ha cambiado [2jin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora