Borracho. Estaba absurdamente borracho como nunca antes lo había estado.
No debería haberse embriagado tanto. Siempre disfrutó de mantener todos sus sentidos a su máxima capacidad y su racionalidad intacta, pero a raíz de los recientes acontecimientos su lógico cerebro consideró mejor dar la bienvenida al entumecimiento de sus neurotransmisores que provocaba el alcohol en vez de tener que seguir pensando en cosas en las que realmente no quería pensar.
Como el hecho de que era un asesino.
No seas ridículo, de inmediato se reprendió a sí mismo. Tsukasa no va a morir. Solo se puede decir que alguien está muerto cuando la actividad del encéfalo cesa de manera irreversible. ¡Y puedo revertirlo! Así que no está muerto. No lo está. No lo está.
Apretó la pequeña vasija en su mano, y sí hubiera sido alguien más fuerte probablemente esta se habría hecho trizas, pero no lo era así que todo lo que logró fue obstaculizar la circulación sanguínea de sus dedos, provocando un leve cosquilleo en su mano.
Bebió otro largo trago y dejó escapar un tenue suspiro.
Era ilógico castigarse por lo que había sucedido con Tsukasa, en vez de pensar en tonterías y embriagarse como un universitario promedio idiota debería estar invirtiendo este tiempo en empezar a planificar su viaje al otro lado del mundo.
Necesitarían muchas cosas.
Materiales. Mano de obra. Un capitán. Tal vez un par de años. ¿Qué más? Mucho más. Mierda. Realmente no puedo pensar correctamente con todo este etanol recorriendo mi sistema nervioso.
Sin duda emborracharse no fue el mejor curso de acción. Pero bueno, solo sería una noche desperdiciada. ¿Qué podría salir mal?
Ah... famosas últimas palabras.
-¿Senku?- una voz familiar lo hizo voltearse con desgano.
Era Kohaku. Tambaleante y desorientada, con la cara roja y los ojos vidriosos por la alta ingesta de alcohol producto del estúpido concurso de beber que tuvo con Magma hace treinta y seis minutos. ¿Cómo no estaba inconsciente aún? Un metabolismo excepcional, sin duda, no obstante aun así era sorprendente. Aunque esta era Kohaku, así que la única sorpresa hubiera sido en el caso contrario.
-¿Qué quieres, leona?- preguntó con desinterés, intentando hablar en la forma más lúcida de la que era capaz.
Debía estar realmente borracha, ya que no se quejó de su apodo y se sentó a su lado, tomando otra vasija con más licor. Se lo bebió de golpe y su cabeza se sacudió violentamente hacia atrás y luego hacia adelante, antes de que ella volteara a verlo con una sonrisa enorme y estúpida.
-¿Por qué te apartaste de los demás? Esta fiesta es para ti, ya sabes.- dijo con voz lenta, arrastrando cada silaba.
Él meditó por un momento qué responder, concluyendo que una respuesta sincera y sin filtros no haría daño por esta vez.
-Realmente no estoy de humor para celebrar.- miró al cielo estrellado. –Preferiría estar invirtiendo este tiempo en algo más productivo.- debía empezar a trabajar en planos y en esquemas. También verdaderamente necesitaba encontrar a un capitán. Quedaba muy poca formula de despetrificación, así que debía no solo hacer una buena elección, sino que la mejor opción. No podía cometer errores, no otra vez.
Fue su culpa. Lo de Tsukasa fue totalmente su culpa. Sí no se hubiera confiado, sí hubiera tomado más precauciones, sí tan solo no fuera tan estúpidamente ingenuo...
Cesó sus pensamientos al sentir un toque cálido en su hombro. Volteó, notando que Kohaku tenía apoyada su mejilla en su hombro.
-No fue tu culpa, tampoco eres estúpido ni ingenuo, ya sabes. Todos confiamos en ti.- murmuró lentamente, sonriéndole.
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Drunk Science
FanfictionLEMON. / SPOILERS del manga. / Incluso detrás del más ilógico instinto humano hay ciencia. Y alcohol. Mucho alcohol.