II. Vicino a te

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Why do birds suddenly appear
Every time you are near?
Just like me, they long to be
Close to you

Close to you – The Carpenters


Bruno estaba contento por cómo había visto a Giorno en esos días. Se veía motivado con la escuela y rindiendo en el trabajo. Todos los días llegaba contándole algo nuevo, sobre los animales, sobre lo que aprendió, las tareas que tuvo que hacer, las ganas de Narancia de acompañarlo y la eterna discusión con Fugo, quien le hacía tutorías de matemáticas, lo delicada que era Trish, su nueva amiga, y el camino a casa lleno de risas cada tarde con Mista.

—Deberías invitar a Mista a cenar a casa alguna vez Giorno, has sido un ingrato— Bruno lo reprendió, mientras untaba una galleta en leche. Paolo los miraba a ambos, el pobre nunca tenía voz ni voto frente a las invitaciones a su propia casa, pero al menos nunca se había quejado de que alguna visita fuera desagradable.

Ah, pero no fuera Abbacchio, porque lo sacaría a patadas.

Giorno se sonrojó. En el último tiempo, estaba sintiéndose extraño. Esperaba con cierta ansiedad la hora de entrada al trabajo para recibir los encargos de Guido y luego miraba la hora a cada instante hasta el momento de la salida, y caminar con él a casa.

Si era sincero, parecía que estaba sintiendo algo más, pero no quería ponerle nombre.

Lo había hablado con Narancia, pero el chico inmediatamente empezó a hacer ruidos raros y a pincharle las costillas. Narancia era un niño de diez en el cuerpo de un quinceañero, había varias cosas que no se las tomaba en serio. Por otra parte, Fugo era demasiado cuadrado y todos los asuntos del corazón no tenían sentido para él, así que Giorno prefirió no decirle nada sobre su interesante compañero de trabajo.

—Papá me ha dicho que lo invite a cenar— le dijo a Narancia, con timidez— no creo que acepte, creo que será muy repentino

—Anda, Giorno, Mista no parece el tipo de persona que se asuste por algo así, fue él mismo quien desde el primer día se ofreció a acompañarte

—Eso es cierto...— debía darle la razón a Narancia con eso

—¡Quiero conocerlo! ¡Preséntamelo, por favor, Giorno!

—Lo vas a criticar, estoy seguro...

—¿Por qué dices eso? ¿Está feo?

—Uhm... no es feo, no. Pero es diferente a otros chicos que me han... atraído

—Muéstramelo hoy cuando vaya a acompañarte al trabajo, aprovechemos que Fugo no vino

—Nos va a reclamar con que justo pasan cosas entretenidas cuando no viene— Giorno rió

—Siempre tiene algo por qué reclamar, da lo mismo, Giorno

A la salida de la escuela, ambos chicos se apresuraron en caminar hasta el zoo. Llegaron al portón de entrada, y desde lejos Giorno vio a Mista. —Ahí está— le dijo a Narancia, señalando disimuladamente, pero con entusiasmo. Giorno no esperaba que Mista lo saludara desde la distancia y comenzara a acercarse.

—¡Viene para acá! — exclamó Narancia, apretando los dientes y agitando las manos —¡Viene para acá, Giorno!

—Narancia no, qué vergüenza, no tengo dónde meterme

Mista llegó junto al par de chicos y los observó detenidamente.

—Hola, Giorno. Vienes acompañado hoy

—Sí, este es Narancia, mi mejor amigo

Mista y Narancia se saludaron mientras Giorno los presentaba. Giorno agradecía que su amigo no hizo ningún gesto extraño ni ninguna burla, al contrario, se comportó reservado y silencioso (raro en él), y luego se fue a su casa. La tarde de trabajo transcurrió en forma normal, ir y venir por los pasillos del zoo, alimentar, limpiar, ayudar, guiar; y a la tan esperada salida, Mista encaminó a Giorno hasta su casa, como habían acostumbrado a hacerlo desde el día uno.

Dove andranno i giorni e noi {MisGio | BruAbba | FugoNara}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora