Brandon running away.

capítulo 9

Llevaban ya un mes y medio saliendo, se dieron la oportunidad de estar juntos pero en secretos y funcionaba.
Por ratos...
Se sentían inseguros y estafadores porque no le han dicho nada de su relación a sus amigos.

Se veían fuera del alcance de ellos.

-¿cuándo lo diremos?-
-aún no lo sé- suspiro Eli.

En sus misiones siguieron avanzando de vez en cuando se ponían en peligro y Brandon pensaba en ella, en desear que este bien, y agradecía por el tiempo que pasaba con ella.

Dos meses han pasado.
Sus amigos ya lo saben y no de una buena forma se enteraron.
Los encontraron besándose muy comprometidos, ellos sin nada que hacer se hicieron a un lado y los aceptaron a ambos.
Los compañeros los apoyaba y los fastidiaban, parecían una pareja joven, enamorada y quererse mucho.

Los equipamientos en los coches blindados ya está.
El equipo,listo.
Las camionetas se movían bruscamente por el camino de piedra y lodo que se encontraba.
Están yendo a la casa de los negocios de ese criminal...

Llegaron y bajaron en sigilo y rápido.
Los escuadrones se separaron.
Brandon y Elizabeth se dieron un beso.
Por alguna razón se sentía incómodo, una sensación extraña y rara.
Una ansiedad aumentaba con cada paso, con la distancia en la que se alejaban, con el tiempo contando, quería terminar esto, regresar a sus brazos y estar entre las sabanas y sus cuerpos unidos.

Subió a una torre alta de hierro se posiciono con su rifle de francotirador.

Pudo ver mejor con la visión nocturna, a su equipo.
Marcos se movía en el área sur.
Antonio en el área Este.
Y Eli en el área oeste.
Cada quien respaldados con gente a ambos lados.
Se detuvieron, porque la instalación esta bastante protegida de guardias.

A los pocos minutos que parecían largos se escuchó las armas de fuego, la balacera a empezado.
Desde donde se encontraba Brandon ayuda, claro que no era el único francotirador.

Les disparaba en una pierna, no le gustaba tener que disparar en la cabeza o algo por el estilo.

Ya no podía hacer nada.
Solo esperaba en la camioneta junto con sus otros tres compañeros esperando al resto.

Los minutos pasaban.
Se convirtieron en una hora.

-¿Necesitan apoyo?-pregunto en el comunicador.
Se escuchaba la señal caída.
Comenzó a desesperarse y pensar en muchas cosas feas.
Era un pesimista sin duda.
La sensación con la que despertó no se ah ido.
.
.
.
Su frente sudaba, sus compañeros intentaban animarlo.
Sus manos las tenía entrelazadas.

Su preocupación y confusión.
En las camillas se lleva a sus amigos y algunos compañeros heridos de gravedad mayor, el elipcotero está apunto de despejar con los heridos.

Los criminales con las manos posadas y las caras cubiertas con una tela en la cabeza, son transportados en los coches blindados.

El lugar era un desorden
Los bomberos apagan el fuego.
Los pocos animales que se encontraba secretamente huían asustados.
La ceniza se esparcía en el aire.
La gran nube negra causada por las llamas.

No entendía que había pasado.
Se sentía confundido, derrotado.
Arrepentido por no haber llegado tiempo antes, creía que si hubiera llegado antes hubiera prevenido un poco este desorden, haber ayudado.

Entre este escena, él se ve parado.
Los hombros caídos.
Las rodillas levemente dobladas
La cabeza se comenzó a bajar, mirando el cielo.

No tenía en cuneta que cuando llegue a la agencia sin duda la jefa y el jefe los estará esperando en la puerta.
Las quejas, los reproches y los regaños.

Podría ser egoísta al no intentar preocuparse por sus amigos que están en el hospital.
De todos que estarán ingresando en la sala de urgencias.

¿Y él?
Solo pensaba en su querida novia.
En Elizabeth.