Capítulo 18

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Narra Heather Peterson.

Eran las 8:30 PM, me encontraba sentada al lado de Dean en la comisaría de los Ángeles.

Era martes y aún así estaba repleta, los policías traían esposados desde drogadictos y borrachos, hasta delincuentes.

Me sentía tan pequeña y desprotegida aquí, que Dean varias veces me había preguntado si me quería ir.

Yo claramente le conteste que no, estaba aquí por Allek, no me iría hasta que lo dejen en libertad.

Me sentía tan asqueada, la policía entró a mi casa: apenas vieron a Allek y Ricardo peleando no preguntaron siquiera, ellos asumieron que Allek era el problemático; lo derribaron. Lo derribaron de tal forma como si él fuera el peor criminal.

Aparte de eso, los oficiales ni siquiera nos escucharon al explicarles la situación. Yo no comprendía por qué todo eso había pasado, por qué se fueron a derribar a Allek de una vez.Y luego comprendí,

Al parecer sólo vieron el color de piel de Allek, y ya por eso pensaron que él era el que estaba mal.

Todavía no puedo quitar de mi mente, la mirada teñida de ira que tenían los ojos de Allek.

Estaba comiéndome las uñas de los nervios, estaba ansiosa porque llegará mi papá y solucionara todo esto.

Por más de que Dean y yo le explicáramos la situación a los incompetentes oficiales que fueron a mi casa; Marcos Rodríguez y Charles Colmes, ellos no lo entendían. O no querían entenderlo.

Veía pasar los minutos a través de la pantalla del celular, y sentía que corrían más lentos que nunca.

-¡Búsquenme a mi hijo ya! -gritó Alicia furiosa, su voz me hizo levantarme de la silla por inercia, para ir a ver donde se encontraba. Gire y la vi en la recepción acompañada de mi papá.

-Dean ya llegaron -le informe y fui hasta donde se encontraban Alicia y mi papá -. Pa, llegaste -le dije con un halo de alegría brotandome del pecho, luego le di un abrazo.

-Heather, será mejor que esperes sentada con tu hermano. Déjame solucionar esto -respondió él cortante.

Yo no hice nada más que obedecer, me fui a sentar al lado de Dean sin protestar.

Si era cierto que estaba cansada de esperar, pero no tenía nada que hacer para ayudar a que Allek saliera de esa situación.

Me la pase tratando de descifrar las palabras que decían el recepcionista, Alicia y mi padre. Hasta que de un momento a otro los tres se movieron a otro lugar, donde ya no los podía ver.

-¿A dónde crees que fueron? -me pregunta Dean, también mirando hacia la dirección a donde estaban yendo.

-Supongo que están hablando con los policías para que ya liberen a Allek.

-Espero que papá logre que los despidan por lo que hicieron, fueron muy injustos.

-Son unos hijos de puta -dije sinceramente refiriéndome a aquellos dos policías, y a lo que le hicieron a Allek.

-¡Heather! -. Dean se asombra al escuchar mi palabrota, incluso yo lo hago.

-Lo siento, Dean, pero es la verdad.

Minutos después papá sale. Dean y yo nos levantamos de una vez y vamos hacia donde él para preguntarle por Allek.

Justo cuando ya estaba llegando hasta donde papá, veo a Allek salir, agarrado del brazo de su madre.

Para mi sorpresa, él es quien se adelanta para venir hasta donde mí, y darme un abrazo. Yo sin dudar lo correspondo. Me permito inhalar el olor que emana su cuerpo. No sabría cómo describirlo exactamente, simplemente podría decir que me vuelve loca.

¿Destino o casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora