CAPÍTULO UNO

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— Es que no Franco como vas a aceptar un trabajo como ese. — me muestro indignada. — La vieja esa esta obsesionada contigo. Solo quiere mantenerse a tu lado cueste lo que cueste. — termino de limpiar la barra y me siento a su costado. — A ver, si se puede saber claro ¿Cuál es el trabajo que te prometió? 

— Ella quiere que sea su secretario de confianza, un hombre de confianza... — Franco se calló al ver pasar a Rosario junto con Panchita. — No se que es lo que quiere de mi pero yo no le veo nada malo. Me va a pagar muy bien, ella sabe que necesito ese trabajo 

— Franco disculpa por lo que voy a decirte pero para ser todo eso que busca la señora se necesita ser una persona mas competente que sepa sus negocios y tu no estas ni cerquita en serlo

— Pero, ¿Qué es lo que quieres, Melissa? No tengo ni en donde caerme muerto, renuncie a la tienda de doña Hortencia porque me pagaban una miseria y lo peor es que no puedo ir a vivir donde mis hermanos porque la novia de Oscar se encuentra ahí y no quieren incomodarla

—  ¿Tu no estabas viviendo con Rosario? — pregunte incomoda ya que Rosario no me sacaba la mirada de encima

— Estamos peleados ya no se que mas hacer, que si le entra la locura me bota de su casa... — lo interrumpo

— Hablas como si estuvieras solo. — suspiro. — Tienes a tus hermanos que dudo mucho que te dejen en la calle y me tienes a mi soy tu amiga sabes que puedes contar conmigo

[...]

— Te cuento muchacha pues la Rosario descubrio que Franco estaba trabajando con una vieja millonaria. — Pepita se empieza a reir. — Aunque a juzgar por tu cara, tu ya lo sabias ¿No? — asiento. — La cosa es que esta llore que llore en los vestidores. A mi me da pena pero que se va a hacer al que mal obra mal le va

— Franco no se esta vendiendo a esa señora, Pepita. — empiezo a ensayar los pasos para mi show de hoy. — Solo es un trabajo decente como cualquier otro y con relacion a Rosario que se deshidrate todo el día si quiere. — me rio. — Finge sufrir por Franco cuando por dentro sigue enamorada de Armando

— Eso si no te lo niego cariño.— dice Pepita. — Todo el mundo sabe que engaña al chiquillo ese con Armando ¿Por qué no se lo dices? Eres su amiga ¿No? Alguien debería abrirle los ojos a ese niño

— ¿Para qué, Pepita? ¿Para qué? No me va a creer. Va a decir que estoy mintiendo y Rosario le llenara la cabeza de estupideces. Tu sabes como es ella. — suspiro. — El vive enamorado de Rosario y ya hemos tenido tantos problemas por esa mujer que prefiero no meterme en su relación y conservar mi amistad con Franco

— Tu y yo sabemos que con ese chiquillo no quieres solo una amistad 

[...] 

— ¿Te vas a casar? — me pongo delante de ella.— Tu no tienes verguenza Rosario Montes eres una descarada. — me pongo furiosa. — Te gusta jugar con el corazón de todos los hombres para luego pisotearlos a tu antojo 

— Tu a mi no me hablas así. — me agarra del brazo. — Y si juego o no con el corazón de Franco Reyes o de Armando Navarro ese es mi problema, no el tuyo ¿Verdad? — se ríe. — A me olvidaba que tu andas de enamorada de Franco desde la primera vez que viniste al bar

— Deja de decir bobadas Rosario. — exclamo. — Franco es mi amigo y no voy a permitir que juegues con el como se te da la gana 

— Mira cariño, podrás engañar a todos menos a mi pero es tu dia de suerte me voy a casar con Armando y seré su señora y por ende tendré que dejar al chiquillo de Franco Reyes. — se empieza a maquillar. — Te lo regalo tómalo como una muestra de aprecio de parte de Armando y mía

— Eres una perra Rosario y esto te costara muy caro

[...]

— A ver déjame ver si te entendí ¿Me estas pidiendo que acuda a tu matrimonio con ese vejestorio? Pero, ¿Es que estas loco, Franco? Como se te ocurre aceptar tremenda locura ¿Qué opinan tus hermanos de todo esto?

— Mis hermanos no me quieren ni hablar y yo pues no quiero estar solo ese día. — se le veía muy deprimido. — Eres mi amiga como una hermana para mi necesito que estés en mi boda y me acompañes en ese día

— Ay, Franco. — suspiro. — No estoy de acuerdo con lo que estas haciendo y piensa que es una pésima idea pero no voy a dejar solo ese dia ¿Cuando es tu boda? Necesito ver que vestido ponerme, el maquillaje...— me interrumpe

— Es mañana. — lo miro sorprendida. — No he tenido tiempo ni de avisarte ni de visitarte porque Doña Eduvina me ha tenido de aquí para allá con los preparativos para la boda

— Franco de verdad tu cada dia me sales con cada cosa

[...]

— Yo soy la novia, la reina de esta casa. — Doña Eduvina se sube a la mesa y exclama. — ¡Que siga la fiesta! ¡Música, maestro!

— Franco. — susurro. — Tu esposa esta actuando muy raro y parece como si se quisiera desmayar

— Ya lo se. — se le veía desesperado.— Pero no me quiere hacer caso ni a mi ni al doctor

— Pero Franco mírala esta como loca tomando todo el licor de su hacienda y comiendo de esa forma el pastel. — la señalo. — Tenemos que hacer algo

En ese momento Doña Eduvina cae al suelo desmayada mientras el doctor se acerca a ella para revisarla. Luego de unos minutos, de pura angustia, nos señala que Doña Eduvina esta muerta


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⏰ Última actualización: Dec 20, 2019 ⏰

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