P13: Dos palabras para recordar.

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—Mykonos...—los ojos de Zabdiel se abrieron completamente llenos de sorpresa, dejó escapar un gemido de sorpresa y pestañeó un par de veces.

—¿Estás tomándome el pelo?—cuestionó.

El ojiverde rio.—No, en realidad estoy hablando muy en serio...

—¡Estás loco!—decidió.—¡Danna y tú están completamente locos!

—No me puedes decir que no suena increíble...—puntualizó el pelinegro. Zabdiel inspiró.

—Suena loco...pero también suena lindo.—aceptó.—Así que si eso es lo que quieren pues entonces creo que tienen que hacerlo...ambos lo merecen...

—Danna dijo que quería algo sencillo para nuestra luna de miel...pero estuve buscando lugares en internet para vacaciones y definitivamente Mykonos fue lo que más me gustó...—le explicó.

—¿Y Danna ya lo sabe?—cuestionó.

—Pues no. Esta noche la llevaré a cenar para darle la sorpresa...—anunció en medio de una sonrisa. Zabdiel también sonrió.—¿Qué?

—Es que en serio me da gusto que todo esté marchando tan bien entre ustedes...—admitió sin dejar de mirarlo.

—Gracias.

—¿Y...cuanto tiempo van a estar en Mykonos?—Erick suspiró.

—La verdad es que me hubiese gustado más tiempo pero no puedo darme el lujo de irme demasiado tiempo, tenemos nuevos proyectos en puerta así que sòlo puedo irme una semana...—le explicó.—Nuestro vuelo sale mañana por la noche así que tengo un día y medio para terminar de arreglar todos los asuntos pendientes de la empresa.—suspiró.—Maya ya está enterada así que está haciendo todo su esfuerzo para que reprogramar las citas que tenía hasta que vuelva...excepto un par que fue imposible...

—¿Te das cuenta que si papá supiera que estás cancelando citas para irte de vacaciones y dejar la empresa sola: se moriría de un coraje, verdad?—Erick rio.

—Bueno, la parte buena es que papá no lo sabe.—respondió encogiéndose de hombros.—Y para tu información, Zabdiel...no estoy dejando la empresa sola...

—¿Ah, no?—Erick negó.

—La estoy dejando contigo.—anunció.

—¿Qué?

—Vas a quedarte al mando la semana en la que esté fuera.—decidió.—No tienes que hacer nada de otro mundo; sòlo tienes que hacer acto de presencia en un par de cenas de negocios, una en especial con Suviri pero él ya sabe que serás tú quién asista así que no habrá problema alguno con eso, asegúrate de que Paulina te acompañe...por lo regular en las cenas de negocios uno siempre va acompañado de su mujer...

—Paulina no es mi mujer.—le recordó con las mejillas un tanto rojizas. Erick rio.

—Lo estoy diciendo en el sentido figurado, créeme que lo que pase entre Paulina y tú no es de incumbencia, Zab...no tienes que darme los detalles eso es sòlo de ustedes.—le informó. El chico dejó escapar un largo suspiro y Erick sonrió.—Oye...lo vas a hacer condenadamente bien, no hay manera de que no...

—Me lo dice el tipo que ha estado al mando cuatro años...—se mofó.

—Bueno, he estado al mando cuatro años pero en defensa tengo que recordarte que al principio tampoco tenía ni idea de lo que tenía que hacer, era sòlo cuestión de práctica para que todo comenzase a fluir...—rio.—Vamos, Zab...sòlo tienes que confiar un poco en ti y ya, lo demás se hace solo...

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora