~El único

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Los días se pintaban de una manera extraordinaria, las personas andaban de aquí para allá haciendo sus compras, el frío aumentaba de forma vertiginosa y la nieve no se hizo de esperar. Era víspera de navidad, época en la que todos se la pasan en familia, cenan con suficiencia, toman fotos para monetizar aquellos momentos preciados en donde comparten de una hermosa convivencia. Todos iban a pasarla y algunos viajaban a donde sus familiares, excepto ellos...

Sasuke y Naruto, dos jóvenes que perdieron sus padres cuando eran muy niños, no tenían con quien pasar la navidad que sea parte de sus familias, pero se tenían a ellos mismo.

Eran novios ya desde hace tres años y medio, importándole poco lo que la gente los criticaba al verlos por la calle pasearse de mano e incluso demostrarse afecto. Lo que para la gente era un asco, para ellos era amor verdadero.

—¡Pon eso ahí tonto! —Regañaba Sasuke al ver que Naruto colocaba las instalaciones navideñas en la parte de atrás del árbol. Naruto frunció el ceño al verlo y siguió colocándola en el mismo sitió.—Ay Dios, nos pasamos navidad juntos desde hace tres años y todavía no comprendes como se colocan.

—Pues, venga a colocarlas usted señor perfección. —Se las tendió Naruto mientras Sasuke las tomaba, el cual enseguida las colocó con tanta perfección alrededor de todo el árbol.

—¿Vez? No era tan difícil. —Se carcajeó al ver a su novio molesto, siempre era así y adoraba verlo. Sasuke se acercó a él con cautela y rodeó sus brazos por su cuello. —Por qué no vamos a colocar los demás adornos. —Naruto deslizó la mirada hacia él, mientras una sonrisa se avecinaba en su rostro.

—¡Vamos! ¡Yo pondré la estrella! —Pidió mientras corría como rayo y se sentaba en el piso a buscar los adornos en una caja. Sasuke sonrió mientras lo admiraba en silencio desde el árbol.

Entre risas y bromas adornaron de una forma muy exótica el árbol, las ventanas y cerca de la puerta, aún para ser dos chicos. Sasuke estaba más que feliz porque por fin con su herencia, podrá comprar la casa en donde ahora ambos residen, por supuesto que el señor testarudo quiere aportar la mitad. Así que tuvo que acceder para no discutir con él, no de una manera brutal ni ofendiéndose, sino de una manera sutil en donde ambos se portaban infantiles.

—Ven ayudame. —Le pidió Naruto mientras extendia sus brazos hacia la punta del árbol intentado colocar la estrella. Sasuke lo tomó por la cintura y lo alzo, Naruto colocó la estrella quedando satisfecho con su trabajo. —Gracias, ahora bajame.

—No. —Negó Sasuke mientras encajaba más sus manos.

—No me voy a quedar aquí arriba para siempre Sasuke. —Burlo con una sonrisa a lo que Sasuke lo miró.

—¿Me estas retando?

—Si tu lo dices. —Se cruzó de brazos sonriendo. Sasuke lo miró de reojo, lo bajo al suelo lentamente. —Vez, no me iba a... —Intentó argumentar a lo que Sasuke lo cayó con un tierno beso en los labios, Naruto cerró los ojos correspondiendo con gusto. Se separaron mientras no perdían el contacto con las miradas. —Vamos a cenar, prepararé ramen especial.

—¿Ramen? Ay no, sólo falta que en noche buena quieras que cenemos eso también. —Lo miró con una mueca.

—Lo tenía pesando.

—Si comemos ramen en la noche buena, por el resto del próximo año no lo comerás. —Le informó Sasuke cruzándose de brazos. ¿Era listo? Pues él lo es más.

—¡No! —Gritó Naruto rápidamente. —Mejor hacemos cena normal.

Ya no podría vivir sin eso.

El más brillante [SasuNaru] One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora