Muñeca De Trapo [Reylo]

Capítulo XXII

Star Wars y sus personajes no son propiedad mía sino de Lucas Films, lo único de mi intelecto es la historia aquí presentada.

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Rey estaba en un jardín colorido, sentada frente a una mesa hecha totalmente de hierro. Después de que confirmaron que ella no representaba ningún peligro le dieron al fin la confianza para que se moviera con más libertad en su nuevo hogar, y descubrió que en la casa que vivía era realmente una fachada, ya que dónde se encontraban todos los próximos soldados eran en pequeñas pero bien estructuradas chozas que no se veían a simple vista.

También había otra pequeña construcción que si bien parecía una bodega abandonada, dentro era una base donde los rebeldes hacían sus reuniones, y un poco alejado de ese espacio, contra todo pronóstico había un jardín lleno de muchas plantas diversas: el lugar estaba techado, y en medio tenía una fuente que hacía que saliese agua para que regara a las plantas de forma constante, y parecía que funcionaba bien porque incluso el respirar se sentía diferente.

La nueva rebeldes estaba algo ansiosa, venía de entrenar con sus compañeros, como ella había aprendido empíricamente las tácticas de la Primera Orden, la única forma que se hizo factible para todos fue que empezara a pelear con alguien para ver sus movimientos y después intentar recrearlos, y había funcionado, no sabía que tenía tanto conocimiento hasta que lo puso en práctica.

Aun así estaba a la defensiva, aunque la motivación que le dio Rose le gustó, por el momento prefería resaltar lo menos posible, ya se estaba acostumbrando al lugar, y prefería estar lejos del bullicio de todo lo que involucraba la guerra, la odiaba, le arrebató muchas cosas y no sabía si algún día podría recuperarlas o no.

Sus pensamientos se dispersaron cuando llegó Ciena al lugar, llevaba una bandeja con un juego de té y algunos aperitivos. Ya al conocerla un poco más, empezaron a preparar tiritas de carne con menos sal para ella, necesitaba proteína a causa de la anemia, pero como no podía comer por el exceso de sodio, tuvieron que empezar a eliminar el condimento para que pudiese ingerirlo y recobrara sus fuerzas.

— Permítame ayudarle — Dijo mientras se ponía de pie, pero la mayor negó con la cabeza mientras terminaba su transcurso hasta la mesa. La imitó cuando ella se sentó.

— No pasa nada, debes dejarte consentir de vez en cuando — Le dijo de forma tranquila, la señora del hogar había cambiado mucho hacía con ella después de la visita de aquel foráneo, Ciena era dura, pero cuando estaba en confianza tenía una sonrisa que derretía cualquier corazón.

— Con que me deje vivir aquí y me permita ayudarle, eso es suficiente.

— Patrañas — Exclamó — Puede que Rose tenga muy buenas convicciones, pero aun así nadie está aquí con nosotros sin querer algo a cambio, y no me refiero a dinero, muchos quieren venganza, otros desean sacar todas sus frustraciones, pero tú, al igual que yo, deseas información.

— Sólo... quiero vivir tranquila.

— No te presiones, no te estoy obligando a nada, aún. — Esa mirada que le lanzó a Rey puso a la chica alerta ¿Ahora que estaba tramando? — Sólo te digo que para que una persona encuentre la paz, es necesario que resuelva todos sus asuntos. Tú tienes algo pendiente con Kylo Ren, y por eso estás aquí. No hay que mentirnos, es la verdad.

La nombrada permaneció en silencio, en una parte era verdad aquello, pero por otra parte seguía teniendo miedo, ya había salido lastimada una vez, y odiaba a su "esposo" por eso, si seguía metiéndose en asuntos que no le correspondían no sabía en qué otra cosa se podría convertir.