"Hola. Probablemente casi ni te acuerdes de mi, al contrario de mi estúpido inconciente que te trae a colación en los momentos menos oportunos. La verdad, no se exactamente para que estoy escribiendo esto, sólo sé que lo necesito. Asi que ¿Cómo has estado? Yo a decir verdad, muy cansada. De mucho, sobre todo, de pensarte. No importa cuántos años hayan pasado, no hay un sólo día en que no piense en tí. En tus palabras, tus abrazos, tu perfume, en que siempre sabías que decir ¿Has escuchado la frase que dice Tienes la receta justa para hacerme sonreír? Pues, no hay otra persona a la que pueda remitir. Sólo TU la tienes, la tenías al menos, porque desde que te fuiste no he sonreído bastante, casi nada. Quisiera poder mirarte y poder pronunciar estas palabras frente a frente, que salieran de mis labios y entraran en tus oídos, pero no puedo, pues no depende de mí. Sé que sabes que estoy escribiendo esto y que estás escuchando cada una de mis palabras, asique pienso que es algo inútil, pero al mismo tiempo siento que es algo completamente necesario. Quizás en poco tiempo podamos charlar de esto, pues creo que te visitaré pronto. He escuchado al doctor decirle a mi madre que yo sólo estoy empeorando y que las posibilidades de que mejore son de una en un millón, y aunque lo único que hacen es extender mi sufrimiento, todo este dolor lo vale por el objetivo, nuestro reencuentro. Nunca antes había hecho algo como esto asique supongo que esta es mi primer carta de amor. No puede ir dirigida a nadie mas que a tí. Te amé, te amo y te amaré siempre. Espero vernos pronto, del otro lado."