Eren, con el paso del tiempo se da cuenta de lo importante que es Mikasa como parte de su vida y al estar a punto de perderla, estar a cargo de ella y cuidar su estado físico se percata de lo que Mikasa es capaz de causarle.
Desperté lentamente, encontrándome con el rostro dormido y tranquilo de Eren, sonreí al verlo así de tranquilo y relajado.
El sol comenzaba a salir y a entrar por la ventana del cuarto, iluminándolo por completo en cuestión de minutos.
La luz comenzó a chocar con ambos haciendo que Eren despertara lentamente.
Yo mantuve mi sonrisa al verlo despertar para que luego Eren sonriera de igual forma.
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Eren se acomodó mejor y me abrazó, acercándome a él
- Te despiertas muy temprano - dijo
- Sentí la necesidad de abrir mis ojos - contesté
- mmm, duerme otro rato, como la mayoría ayer se puso muy mal...nos darán más tiempo - yo solo asentí
Volví a acurrucarme en su pecho y cerré mis ojos mientras sentía como las yemas de sus dedos acariciaban suavemente mi espalda, haciéndome conciliar el sueño otra vez.
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Al despertar y ver sus ojos iluminados, tan lindos e ilusionados por la simple razón de estar conmigo es maravilloso.
El sol apenas entraba por la ventana iluminándolo con rapidez, sin embargo aún era temprano y Mika siempre se despierta antes.
La convencí que durmiera de nuevo, me recargé en mi mano que estaba recargada en la almohada y comencé a acariciar su espalda para que lograra dormirse.
Verla descansar tan pacíficamente me hace llenarme de una serenidad y felicidad tan solo verla, que podría mejorar cualquier día en la que la pase mal.
Sus pestañas negras combinan muy bien con sus ojos plata y su piel blanca; admirarla...la actividad que podría hacer todo el tiempo sin quejarme ni nada.
- Eren...Mikasa no está en su... -
Armin abrió la puerta de la nada, me exalté un momento, ya que rompió la tranquilidad que mantenía pero recordé que cuando se preocupa o pasa algo malo él siempre entra...sin tocar.
Armin se quedó totalmente paralizado, más sin embargo yo no detuve mis caricias en la espalda de Mika, ya que tarde o temprano.....alguien lo tenía que saber.
Lo miré calmado y sonreí al ver su cara, él me miró con gran asombro y luego miraba el piso, observando todo el camino de ropa que dejamos anoche. Se le notaba que la había pasado mal al despertar, se veía mareado.
