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Prólogo:Clandestino

Fue en ese momento,en el que me di cuenta,que mi marcador ya había llegado a cero,pero no lo quería aceptar.El tic tac del reloj sólo indicaba como el tiempo se detenía justo en ese instante,sintiéndome completamente inútil de no poder hacer nada;convirtiendome solamente en un espectador más.

No fui consciente del momento en el que mis delgadas piernas hicieron un fuerte y brusco contacto contra el frío piso de la habitación,lugar en el cual tus dulces y melosas caricias me hacían caer a tu merced,en donde me manipulabas hasta decir basta,sin ser capas de darme cuenta o refutar.

Ahora solamente puedo pensar en arrepentirme,o simplemente llorar sin consuelo alguno en mi cama;pero,yo no te dare ese gusto.No te dare el honor de verme roto por tu culpa,de sentirme humillado a tus pies como antes ,ya no más.Sin embargo,no pude evitar que una lágrima resbalara por mi mejilla,siendo limpiada enseguida de mi rostro tan pronto salió.

--Te lo dije varias veces.--Murmuraste seco.

Hice caso omiso a tu voz,pero en mi interior sabía que de no obedecer sería peor.

Los pasos de tus zapatos acercarce hicieron que me alarmara,ocasionando que retrocedía hasta llegar a la piesera de la cama.En donde quedé nuevamente acorralado.

--Incluso te lo advertí...pero tú,con tu orgullo y maldita arrogancia lo arruinaste todo.-- Me reclamaste,me gritaste,pero aún así parecia que no estabas satisfecho de molestarme.

Fue en eso,que tome el suficiente valor para salir de mi trance,mirándote a la maldita cara de hipócrita que traigas desde que salimos del auto.

--¡TÚ ME MENTISTE!.

Grite con énfasis.

Pero tan pronto y abrí la boca la quise cerrar,la gélida y macabra mirada de tus dorados orbes,de un momento para el otro creí que se habían convertido en rubis a punto de estallar en fuego.

Te agachaste lo suficiente para quedar a mi altura,y me miraste impotente e intimidante;pero cariño,eso ya no hace efecto en mi.Ya no como en el inicio.

Sólo te mire desafiante y con odio,provocando que de tus dulces labios,una sonrisa ladina se hiciera presente en tu rostro perplejo.

Tu mano subió hasta mi mentón,y lo tomaste con tanta delicadeza que...hizo que los nervios comenzarán a crecer.

--P-pudrete.

--Tu boquita si que puede hacer muchas cosas ¿no?.

Que idiota.

Mi mente se nublo al sentir como aquellos dedos,que numerosas veces me hicieron delirar y sentir de todo,comenzaban a delinear mis labios con suavidad y seducción.

Rozando con su diestra mi rostro y mirándome deseoso.

--Déjame maldita sea.

--Si tan sólo no hubieras sido tan orgulloso,en estos momentos estaríamos en la cama disfrutando de aquella noticia.--Sin más que decir,me besaste demandante colocando tu mano en mi vientre,acariciandola con las yemas de tus dedos.

"¿Estás seguro de querer seguir con eso,Rusia?"

"¡El solo te ve como su reemplazo ¿Qué no te das cuenta?!"