[03]

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El día llegó, Hoseok se encontraba en una de las habitaciones del palacio del Gran Consejo Beta en espera de que la ceremonia diera inicio, su mirada se mantenía fija en el espejo frente a él, vestía un impecable traje blanco que una de las mujeres del servicio le había llevado, sintiendo que la cabeza le daba vueltas, sus deseos de marcharse eran grandes, pero su sentido de la responsabilidad lo era más, así que se limitó a suspirar con la intención de dejar escapar la pesadez que había sentido en los últimos días, mismos en los que intentó mantenerse tranquilo, muy, muy lejos de su futuro esposo, a quien no había visto desde la desastrosa presentación. 

—Joven amo.—Shin Hye apareció tras él con una expresión severa, a diferencia suya, ella vestía un elegante traje negro que tenía bordado el escudo representativo de Gwangju, acompañado de algunas insignias que hacían notar su rango militar.—Los invitados ya están aquí y el alfa líder Jeon ya se encuentra en el gran salón.—Avisó retrocediendo un par de pasos cuando el omega dio media vuelta.—La ceremonia está por empezar, debemos ir.—El omega asintió y la mujer avanzó con pasos lentos guiando a su líder al lugar donde la ceremonia se llevaría a cabo, ambos se detuvieron frente a dos grandes puertas y el omega suspiró listo para empujarlas, sin embargo, se detuvo al ver a sus padres caminar en su dirección.

—Luces hermoso.—Halagó su madre omega con una dulce sonrisa y el pelinaranja se tensó, quería decirle tantas cosas, pero se limitó a ignorar su comentario.—Lamento que las cosas tengan que ser así.—Expresó mostrándose nerviosa y su contrario suspiró con pesar.

—Ya no importa.—Su mirada fue a dar a su padre, el alfa lo observó de pies a cabeza, como si buscase algún defecto en él pero pareció no encontrarlo, se detuvo en los ojos grises del omega y le sonrió un poco.  

—Tu madre tiene razón, luces muy bonito.—Expresó el hombre ignorando la molestia en el omega, quien bufó aburrido de la situación.

—Si ya terminaron con sus hipocresías, tengo que encargarme de algo importante.—Acomodó correctamente su saco y respiró profundamente.

—Suerte, recuerda que una vez que todo haya terminado tendrás la autorización para casarte con el general Wang.—Expresó su padre con una débil sonrisa y se colocó a su lado.—No permitas que ese alfa te toque, mucho menos que te marque o todo estará arruinado.—Su voz se torno severa y ahora miraba con frialdad al omega que asintió cual robot.

La música que indicaba su entrada se hizo oír y el alfa quiso tomar el brazo de su hijo para acompañarlo al altar, sin embargo, el omega lo esquivo y se aferró a Shin Hye, quien lo observó sin comprender.

—Agradezco tu atención pero prefiero que sea Shin Hye quien me acompañe, espero que no sea un inconveniente.—Sonrió con falsedad y su padre, quien se notaba irritado negó.

Las puertas del gran salón fueron abiertas y el omega junto con su acompañante avanzaron con pasos lentos por el angosto pasillo, intentando ignorar las miradas curiosas y algunos susurros a su alrededor por parte de algunos líderes y nobles de las manadas cercanas que decidieron presentarse para observar la unión entre el alfa líder de Daegu y el omega líder de Gwangju.

Mientras tanto, al final del pasillo se encontraba el alfa líder Jeon, observando con aburrimiento a los nobles presentes en el sitio, los aromas dulzones de los omegas habían empezado a asquearlo, además algunas miradas coquetas estaban puestas en él, logrando incomodarlo.

La idea de arrepentirse no sonaba tan mala, en esos momentos podría estar desarrollando estrategias junto con su fuerza militar, pero no, allí estaba esperando para casarse con un omega con el que ni siquiera congeniaba.

Cuando menos lo espero pudo observarlo, lucía bastante bonito con ese traje blanco y su característica mirada soberbia, Jeon tenía que admitirlo, por un momento quiso sonreír con orgullo al notar la mirada envidiosa que algunos alfas le dedicaron, no era un secreto que muchos de los alfas invitados a su boda habían querido estar en su lugar, pero no era así, él había ganado y todos sabían que el líder de Daegu adoraba ganar y estar por encima del resto.

Intereses [Junghope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora