V E I N T I N U E V E

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Revolvió por última vez su ramen antes de servirlo en un cuenco color verde pastel que había sido regalo de su mejor amigo. No era fácil para Felix el sentirse tan solo en ese momento, viviendo en un hostel donde tenía que compartir baño y cocina con desconocidos. Todo era por mantener su orgullo y ni siquiera comunicarse de buena manera con Seungmin que lo llamaba todos los días.

Suspiró sentándose en aquél comedor que, para su suerte, estaba totalmente solitario y libre de las personas tan ruidosas que vivían ahí. Sorbió de sus fideos, cerrando sus ojos por el rico sabor de estos y planeaba seguir disfrutando de su comida si no fuese que el sonido de su móvil le anunciaba la llegada de un nuevo mensaje. Era de Seungmin, tal y como lo esperaba, no lo hubiese mirado con la rapidez que lo hizo si no habría visto ese "escuchalo, es urgente"  que hizo que su corazón latiera con fuerza por miedo a que algo malo le haya sucedido.

Lo escuchó con urgencia y cuando reconoció la voz de su madre, su respiración se detuvo. Cada cosa que iba escuchando rompía un poco más su corazón y ni siquiera pudo notar cuando sus lágrimas comenzaron a caer. Jisung no le había mentido y toda la vida se pasó intentando odiar a su hermano cuando era una víctima de todo. Enterarse por la voz tan fría de su madre como había usado a su propio hijo provocó que un sollozo desgarrador saliera de sus labios, pero no era momento de llorar. Necesitaba que su madre confiese delante de él.

Tomó su abrigo y salió casi corriendo de allí, pidiendo el primer taxi que encontró para que lo llevara a la casa que lo vio nacer. Su rostro demostraba lo roto que estaba, ya que hasta el mismo taxista le preguntó si se encontraba bien a lo que solo asintió fingiendo una sonrisa.

El camino se le hizo demasiado rápido, pero una vez estuvo frente a su casa todo empezó a funcionar a cámara lente. Bajó del taxi una vez pagó y dio los pocos pasos que lo separaban de la puerta de casa. Estaba allí y era momento de saber toda la verdad.

Su madre aparentemente lo vio llegar porque abrió la puerta antes de que siquiera se anunciara.

ㅡ Hijo, que sorpresa.

Felix ni siquiera dijo una palabra, solo comenzó a reproducir el audio, notando como la expresión de la mayor se transformaba a una de pánico total.

ㅡ Lixie, puedo explicarte, pequeño.ㅡ Habló intentando tomarlo de la mano.

ㅡ ¡No me toques! ㅡ Sollozó Felix soltándose de su agarre. ㅡ ¿Cómo pudiste mentirnos así? ¿Cómo pudiste hacerlo eso a tu propio hijo? ㅡ Las lágrimas no paraban de salir y ni siquiera le importaba que estuvieran fuera y quizas eso sería un espectáculo para cualquier curioso.

ㅡ Yo solo quería protegerte a ti y a Seungmin, eran tan pequeños. ㅡ Se excusó su madre intentando sonar lastimera, cosa que enfureció más al chico.

ㅡ ¡Minho también lo era! Hiciste que detestara a mi propio hermano cuando él solo buscó protegerme, si lo hizo no como tú. ㅡ Felix limpió las lágrimas que continuaban saliendo, buscando recobrar una respiración tranquila para poder seguir hablando. ㅡ Si realmente quieres hacer algo por mi y Seungmin, saca a Minho de allí y tu sola sigue con este negocio que tienes. Dejanos en paz a mis hermanos y a mi. ㅡ Sentenció firme y cuando vio el asentimiento de su madre, decidió irse de allí. La mirada de ella por primera vez era de dolor, sabía que no quería perderlo ni a él ni a Seung, pero eso no le importaba ahora. Lo que necesitaba Felix era arreglar las cosas que hizo mal y no verla por un tiempo largo, quizas nunca más.



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Felix no entendía bien como estaba viviendo aquellas horas, su cabeza era un lío pero estaba tan concentrado en pensar como arreglar todo que ni siquiera notaba que la gente lo miraba por la calle intentando ver si necesitaba ayuda por la forma tan desesperada en que andaba y, además, las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.

Incorrecto (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora