La amistad no se le puede dar a cualquiera y menos quebrarse por cualquier cosa.
Mirai, Hana y Yuusei son el ejemplo claro de eso, nadie las podrá separar, ni siquiera que tres chicos estén enamorados de ellas.
Pero esto es un amor no correspondid...
Las tres amigas miraron con pesadez el correo. A pesar de que cada quien estaba haciendo sus tareas en su apartamento todas se alinearon para mirar el correo al mismo tiempo.
La mayor, Mirai, quien estaba preparando los postres que iba a vender esa semana dejo aún lado su mandil al escuchar el sonido del timbre en la puerta. Por otro lado la de en medio, Hana, quien estaba leyendo muy tranquilamente en el sillón de la sala de estar se acercó con curiosidad a la puerta. Y por último la menor de las tres Yuusei quien estaba con sus audífonos puestos y sentada en el mismo sillón que Hana, con la diferencia que sus pies estaban arriba y su cabeza colgando mientras tarareaba sus canciones, también se dio cuenta al sentir como Hana se movía de su lugar.
Al abrir la puerta miraron tres cosas diferentes una para cada quien. Un ramo de flores rojas, unos chocolates y un disco compacto.
Mientras que Hana tomo las flores mirándolas con ternura, Mirai tomaba el disco compacto mirando la letra que describía lo que decía el demo y por último Yuusei tomaba los chocolates queriendo tomar uno. Ese momento fue especial, cada quien tomaba lo que más quería, hasta que leyeron las notas que tenían los obsequios.
–"Espero que te gusten las rosas rojas, me hicieron acordarme de ti por que son bonitas como tú."– Leyó Hana en voz alta. – "Solo para ti, Yuusei."– Termino la frase para después entregarle las flores a su amiga pelinaranja quien las recibió con un gruñido y las dejó en la mesa.
– ¡Por dios! Mi cabello es naranja, debió de acordarse de ti, tú eres la del cabello rojo.– Respondió tratando de quitarle algo de incomodidad al asunto. – Estoy seguro que es daltónico.– Agregó rodando los ojos.
La pelirroja sonrió mirando el ramo de flores en la mesa. En el interior deseaba que esas flores fueran para ella, más por que sabia de quien venían.
Hoseok, el chico de quien estaba enamorada hace aproximadamente tres años. Desde que lo vio en la clase de literatura recitar el más bello poema y con tan perfecta pronunciación la pelirroja cayó tan simplemente como eso, y aunque se lo dijo a sus amigas meses después al no estar en sus cinco sentidos ya que su amiga Yuusei le enseñaba a como beber, a Hana no le cayó muy bien eso y la conclusión fue que les dijo a sus amigas todo respecto a Hoseok. Donde al día siguiente se lo recordaron y ella murió de la vergüenza prometiéndose no volver a hacerlo.
Por otro lado Mirai rio mientras tomaba uno de los chocolates y miraba la nota en el.– Me sorprende como este mocoso adivina cuales son mis chocolates favoritos.– Dijo al leer la nota de Jimin.
Yuusei tomó la nota con una pequeña sonrisa en sus labios, aunque sabía que eso no era para ella Jimin era el chico de quien estaba enamorada. A pesar de que ella venía de Japón, Jimin fue uno de las primeras personas que conoció aparte de sus amigas, su voz, sus mejillas y los pequeños gestos y al ser dedicando en todo lo que se proponía hicieron que poco a poco los sentimientos de Yuusei fueran más grandes queriendo ser más que solo su amiga.
Por último Mirai observó el demo que fue enviado, solamente tenía el nombre de Hana marcado y también el nombre de quien fue enviado, Yoongi. Ella abrió el disco y lo puso en el sistema de sonido escuchándose una pista de piano mientras a Yoongi tarareando de fondo. Mirai sonrió subiendo un poco más el volumen tratando de disfrutar un poco más la voz grave de Yoongi.
Su corazón dolió al escuchar como Yoongi tenía ese tipo de dedicación por Hana, y a pesar de que a ella le gustara Yoongi prefería guardarse ese dolor que sentía y entregarle a Hana el demo.
Fue hace tres años que lo conoció también, había llegado recientemente de Japón también y lo que más quería era que estar en la clase de música. Mirai llegó temprano a la clase en esa ocasión y tuvo la oportunidad de ver a Yoongi tocando el piano antes de la clase. El estaba con los ojos cerrados dejándose llevar por lo que el mismo provocaba al tocar las teclas del piano y fue ahí con clara sencillez que Mirai cayó por Yoongi.
Las tres amigas se miraron entre ellas, cada quien con su respectivo regalo. Mirai guardó los chocolates y siguió horneando, Hana paro la música y guardo el disco y Yuusei puso las flores en agua.
Hacían lo que podían entre ellas, eran sentimientos encontrados y el deseo de poderlo ser la otra por un instante. Pero no era así para ellas la amistad era más importante que cualquier otra persona, incluso teniendo una regla entre ellas.
"Amigos antes que chicos."
Hasta el día de hoy habían seguido esa regla, no tenían por que cambiar las cosas.
Por que la amistad es primero... ¿no?
YA LLEGUE CON UNA HISTORIA NUEVA JSKDKSKS
Quiero ver el mundo arder.
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