Mango de sartén de metal

31 3 0
                                    

De la nada, alguien me quita el vaso y lo lanza al suelo y se abalanza sobre Abraham. Intento procesar qué está ocurriendo, pero por el alcohol en mi sistema todo me da vueltas.

Abraham consigue escapar de los puñetazos del chico y sale por patas. El chico se levanta y jadea fuertemente. Se da la vuelta y me coge la mano, me obliga a levantarme y empieza a salir del local. Intento caminar pero estoy demasiado borracha y me tropiezo varias veces.

El chico suspira, lo cual me resulta familiar y luego me coge en brazos al estilo princesa. Me fijo en que le sale un poco de sangre de una herida que tiene en el moflete. Un segundo... Yo a este chico lo conozco. Pero de donde?

-Dónde vives?- me pregunta... Yoongi?

-Uy... No mi ciela antes me tienes que llevar en una cita-. Me río y él gira los ojos.

-Es inútil intentar razonar contigo. Por qué coño estabas bebiendo de todas maneras?-

-No me apetece utilizarte de psicólogo- digo y suelto una risilla.

-Dime- insiste. Al ver que se interesa decido contarle. Una vez le cuento se queda en silencio unos segundos.

-Sí fuiste un poco zorra con Jin- concluye y le pego una torta de manera juguetona.

-Te puedo soltar en cualquier momento, no te pases- dice serio pero puedo ver la diversión en sus ojos.

...

Llegamos a una casa y ya por fin Yoongi me deja en el suelo. Abre la puerta y yo le sigo. Ya estoy un poquito más sobria, pero sigo en un estado un poco decadente.

La casa está bastante desordenada y es pequeña, sólo hay una cocina, un baño y la habitación de Yoongi.

-Toma, cámbiate en el baño-. Me tiende una sudadera grande, que honestamente no sé por qué tiene ya que él y yo probablemente llevamos la misma talla.

Me meto al baño y me cambio, cuando salgo Yoongi está en la cocina preparando dos vasos de ramen instantáneo.

Me pongo a ojear unas estanterías que tiene. Están llenas de discos y libretas medio rotas.

-Toma- entra en la habitación y me tiende el vaso de ramen. Se sienta al lado mío sentado al borde de la cama y comemos juntos.

En este momento, siento algo dentro de mí. Un pequeño cosquilleo, algo al fondo de mi cabeza que no puede parar de pensar en él. Contemplo su cara mientras se distrae intentando agarrar unos fideos.

La forma de sus ojos, rasgada, las pequitas que tiene que son casi invisibles, lo pálido que es, lo bonita que son sus manos...

-Ya terminaste?- me pregunta. Mierda. Estoy bastante segura de que me ha pillado observándolo.

Yo solo asiento y me tiende su vaso para que lo lleve a la basura.

-Como siempre tan amable- digo sarcática y voy a la cocina. Con la comida ya me voy sintiendo más sobria.

Cuando regreso Yoongi me abre la cama para que me acueste. Procuro que no se me vean las bragas al acostarme y me tapo con la manta.

-Tú dónde vas a dormir?- pregunto mientras Yoongi se quita la sudadera.

-Ehm, en mi cama- dice obvio.

De repente Yoongi se quita la camisa.

-YOONGI QUÉ ESTÁS HACIENDO- grito histérica.

ESTE CHICO ME QUIERW MATAR POR DIOS QUÉ CLAVÍCULAS QUE ABDOMINALES QUE TODO

-Uhm te he traído a mi casa porque no sé donde vives, y todo porque decidiste emborracharte, y fuiste encima tan imprudente que el tío ese de pelo alto pudo drogarte la bebida sin que te dieses cuenta. Creo que tengo derecho a estar cómodo, gracias- concluye y yo me quedo en shock.

-Un segundo, me drogó la bebida?- hasta ahora no me había ni siquiera planteado por qué Yoongi se tiró encima de Abraham.

Yoongi haría eso... Por mí?

-Bua, mira que eres mongola. Tengo sueño, hazme sitio-. Dice mientras se quita los pantalones (y me muero internamente).

Me fijo en que los nudillos de Yoongi están sangrientos y me levanto de inmediato.

Yoongi se queda sorprendido pero no dice nada. Me dirijo a la cocina donde supongo que está el botiquín. Lo encuentro en uno de los cajones y cojo lo necesario para curar a Yoongi.

Entro de nuevo a la habitación y Yoongi está tirado boca arriba en la cama, en boxers. Mis ojos, naturalmente, se fijan en uhm, cierta banana la cual, crea cierta sensación en mi. Aparto la mirada hacia su pecho desnudo, pero no ayuda.

Menos mal que no soy un chico.

Punto de vista de Yoongi

Levanto la mirada y veo a María mirándome. Puedo ver sus ojos más oscuros de lo normal y su respiración entrecortada.

Ignoro cómo me mira y me siento en la cama y le tiendo mis manos. Se arrodilla entre mis piernas y me coge la mano.

Yoongi, hazme el favor de no pensar en lo que esto parece.

-Un segundo, necesito agua- dice alegre y se levanta de un golpe, haciendo que la sudadera se levante momentáneamente y yo tenga unas vistas interesantes.

Yoongi, cálmate, por favor, para de ser un adolescente hormonal y no pienses en esas cosas

Al ver que mis suplicas no funcionan, cojo rápidamente un cojín y me lo pongo en el regazo para tapar cierto mango de sartén de metal.

María vuelve y termina de curarme o desinfectarme o de hacer lo que estuviese haciendo. Recoge todo y nos metemos en la cama, procurando mantener las distancias.

Debido a, uhm, cierta cosita (o cosota) que no le da la gana de bajar, decido ir al baño para arreglarlo yo mismo una vez veo que María se duerme.

Lo hago lo más rápido y silencioso posible y me vuelvo a meter a la cama con ella.

-Qué me estás haciendo?- suspiro en alto y por fin me duermo.








La Sala Secreta (Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora