Cap. 1

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Adam Cormello
Nuevamente despierto al lado de otra rubia de la cual no recuerdo ni su nombre. El dolor de cabeza no tarda en hacerse presente y solo puedo pensar en una ducha caliente. La mujer se voltea y se abraza a mi pecho, después de pensarlo mil veces decido pasar mi mano por su cabello haciendo que esta se despierte y me mire fijamente con esos ojos color miel que me hicieron perder la cabeza anoche. Muerde su labio mientras mira los míos y ya pude comprender que es lo que quiere. La beso sin ningún tipo de delicadeza mientras mis manos buscan sus pezones rosados que tanto me encantaron. Su piel era suave y en mi mente solo estaba el escucharla gritar una y otra vez que no parara. Se trepa encima de mi y suavemente se mueve sobre mi erección, la cual siento que en cualquier momento va a explotar. Lamo sus pezones y logro escuchar un leve suspiro que escapa de su garganta. Lentamente mi mano baja por su pequeña cintura buscando colarse entre sus labios empapados de fluidos. Lentamente introduzco un dedo mientras la obligó a que me mire a los ojos tomándola del cabello. Entro un segundo dedo y me fascina ver cómo arquea la espalda y deja escapar un gemido sin miedo alguno. Muevo mis dedos en su interior sintiendo como su respiración se acelera cada vez más. Comienza a mover sus caderas en círculos, introduciendo más afondo mis dedos. Cuando se que ya se va a venir me detengo, lo cual hace que me mire con cara de querer asesinarme. Sin previo aviso agarró sus caderas y en un movimiento rápido la tengo debajo de mi mirándome como un gatito asustado. Le regalo una sonrisa mientras le paso la lengua haciendo círculos sobre su abdomen. Lentamente me acomodo entre sus piernas y ver tan de cerca lo mojada que está me excita demasiado. Paso mi lengua por su vagina y comienzo a concentrarme en chupar ese botoncito que sé que la vuelve loca. Comienzo a chupar, lamer y empujar con mi lengua una y otra vez, cada vez mas fuerte. Intenta cerrar sus piernas pero no se lo permito, colocando mis brazos en cada uno de sus muslos. Comienzo a chuparla mas y más fuerte y escuchar sus gritos y sus gemidos me pone al cien. Coloca su mano en mi cabeza empujándome más a fondo con mi lengua, lo que me da a entender que quiere más. Le doy más y más hasta que arquea su espalda llenando mi boca de sus fluidos. Paso mi lengua una vez más por su vagina, viéndola temblar un poco, me levanto y le paso sus propios fluidos en un beso apasionado. Me quita la ropa interior y pasa su fría mano por mi erección, haciéndome sentir escalofríos por todo el cuerpo. Me mira directo a los ojos como pidiendo permiso para hacer lo que quiere hacer y sin pensarlo asiento mientras paso una mano por sus labios mojados y carnosos. Pasa su lengua por toda mi erección, dejándome sin respirar por unos segundos. Lo llena de besos, lo escupe, lo llena de babas y lo entra una y otra vez hasta su garganta haciéndome tocar el cielo sin necesidad de volar. Poco después ya no puedo aguantarlo más y la empujó en la cama abriendo sus piernas para mi. Lo entro lentamente sintiendo su estrechez que tanto me encanta, está caliente y tan mojada como me gusta. Lo entró completo y miró cómo se muerde el labio y arquea su espalda dejando escapar un gemido. La embisto suave y poco a poco lo voy entrando cada vez más fuerte. Pierdo la cordura, pierdo la paciencia y sus gemidos en mi oído no ayudan mucho. Abro sus piernas a capacidad y entro en ella una y otra vez cada vez más fuerte mientras araña mi espalda. Sus gemidos se elevan en la habitación y ahora son solo gritos que salen de su garganta suplicándome que no pare. La volteo poniéndola a cuatro patas y entro en ella de nuevo sin ninguna piedad rozando el final de su vagina. Le agarro el cabello haciendo que arquee su espalda y golpeó sus nalgas una y otra vez dejando su piel roja como el fuego. Agarro su cintura y la penetro una y otra vez sin parar. Sus gemidos me vuelven loco y simplemente quiero más y más. Me acuesto y la trepo encima de mi. Se acomoda y ella misma lo entra mientras me mira con una sonrisa y lágrimas en sus ojos por lo fuerte que la penetraba teniéndola a mi merced. Comienza a brincar encima de mi mientras coloca sus manos en mi pecho y solo puedo observar sus grandes tetas brincando frente a mi. Sus gemidos incrementan más y más mientras me siento llegar a mi límite. Hace círculos con sus caderas y brinca encima de mi cada vez más y más fuerte hasta que juntos llegamos a nuestro clímax. Me vacío en su interior y siento como su vagina se contrae alrededor de mi miembro una y otra vez mientras cae rendida en mi pecho. Nos quedamos allí unos minutos hasta que nuestras respiraciones se regularan, luego tomamos una ducha de agua caliente y se fue a su casa con una sonrisa sin siquiera preguntar cada uno su nombre. Esas si son mujeres que me encanta tener en mi habitación. Esas que no se enredan, no preguntan cosas personales. Esas que solo quiere sexo tal como yo quiero y luego siguen su camino. Me llamo Adam Cormello, tengo 35 años y son bien pocas cosas en esta vida la cuales me parecen interesantes. Sexo, negocios y sobre todo el dinero. El amor no está en mis planes de vida, no después de perder la mitad de mi dinero en una mujer que solo me utilizo y me traicionó a su gusto. Desde ese día juré no volver a caer en las mentiras de ninguna mujer y desde ese momento, yo las utilizo a mi antojo y las manejo a mi placer.

***NOTA***
Holis chicxs espero que se encuentren bien con esto de la pandemia y cuarentena. Es la primera historia en sí, en la cual me decido a recrear contenido adulto y erotico. Espero que les guste y si no les gusta los invito a dejarme sus opiniones al respecto y dejar de leer la historia. Besis💋

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2020 ⏰

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