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El pedazo de papel ardió bajo la pequeña llama de fuego de un fósforo entre sus dedos incapaz de sentir el picor del calor del papel vuelto en el fuego miró con ojos fijos y enrojecidos cómo el fuego consumía ese maldito pedazo de papel.

Miguel Ángel se limpió el rastro de ceniza de sus dedos sin darle importancia a las leves quemaduras de su piel o el nudo atorado en su garganta por concentrarse en su tarea. Él pelinegro hizo el esfuerzo de levantarse del incómodo asiento de madera que era una decoración del sombrío cuarto de servicio donde residiría la próxima semana de prueba. Un cuarto que para su disgusto era demasiado familiar.

La habitación es lo suficientemente pequeña para hacerlo sentir claustrofobia pero espaciosa y condicionada con lo necesario a usar durante sus descansos. Una cama pequeña de madera con un par de frazadas y una almohada más rígida que una tabla, un escritorio viejo cubierto por cajas olvidadas. El cuarto de baño contaba con lo últil para una ducha rápida y privada. Además la esencia sombría de la habitación quedaba perfecta con Miguel Ángel quién aceptó el lugar sin siquiera replicar.

“Ese niño salió igualito a ti Beatríz.”

Rubén.

Él joven hijastro de Beatríz es la viva imagen del fallecido señor Doblas y la personalidad libertina de su primer esposa. Pero, el desprecio hacía la clase beta era sin duda una aportación de su madrastra además del carácter egocéntrico y la volubilidad de su estado de ánimo.

Miguel Ángel sintió su cabeza martillear con solo recordar ese bochornoso primer encuentro con el hijastro de Beatríz. Por una vez en su vida, y la única hubiese deseado volver a esa estúpida habitación de esponja antes de siquiera enfrentar la mirada de ese par de ojos claros.

•°•°•°•°•

El despacho del señor Doblas siempre fue un lugar capaz de transmitir un sentimiento reconfortante con solo mencionarlo podías imaginarte al señor Doblas sentado en su sencillo sofá café y leyendo algún papel con un monóculo más antiguo que las pinturas decorativas colgadas de forma torpe en las paredes blancas bañadas por la luz que se filtraba entre los ventanales del despacho.

Miguel Ángel casi sonrió por su recuerdo.

Pero el contraste de un recuerdo con la realidad fue suficiente para borrar cualquiera intentó de sonrisa con el que pudiese dar a su nuevo jefe.

Todo cambio. Esa agradable sencillez del señor Doblas que conoció pareció ser corrompida por los caprichos de un joven niño incapaz de llenar un asiento sin colocar cientos más a su alrededor. La luz seguía bañando las paredes decoradas por las viejas pinturas pero, esa asfixiante sensación de vacío seguía siendo palpable en el aire aún si en cada rincón estuviese un objeto nuevo y más costoso que el anterior.

Él andaluz solo fingió no notar los notorios cambios para darle una mirada plana al culpable de sumergir el lugar en un abismo sombrío de vacío. Esa era la impresión que tenía Miguel Ángel. Un omega defectuoso cómo Miguel Ángel sabía perfectamente interpretar los silencios de un lugar y este solo le producía una sensación familiar de inquietud.

—Él joven Rubén estará con usted en breve. — Informó con una sonrisa practicada uno de los sirvientes de la Mansión Doblas.

Miguel Ángel solo se limitó a tomar asiento en uno de las sillas frente al imponente escritorio del "cachorrito" de Beatríz con una mueca ante la incomodidad de sentirse vigilado por los ojos del horrible muñeco decorativo del escritorio.

La puerta del despacho se abrió luego de una corta espera.

Miguel Ángel se levantó de su asiento para recibir al hijastro de Beatríz, ya haciéndose una idea del joven y fue una sorpresa ver a un joven realmente joven albino de ojos claros vistiendo con una simple pijama.

—Eres envidado de Beatríz, ¿verdad? —Afirmo él "alfa" con un gesto aburrido dirigiéndose a su asiento detrás del escritorio con desgana.

Él andaluz aspiró discretamente el aire del despacho buscando ese aroma característico de un alfa pero solo sentía destellos de hierba buena o menta demasiado superficial para ser de un alfa. Además la impresión que daba ese "niño" era demasiado "inocente" para ser alfa casi creería que es un omega sino fuese por la descripción de su madrastra. Eso, y la actitud desganada, lo hacía pensar en si se encontraba así porque apenas despertó o era así en general.

Él joven noruego se dejó caer pesadamente sobre su silla con una pequeña sonrisa asomándose por sus delgados labios de color rojo que sospechaba era labial. Ese par de ojos claros brillaron peligrosamente y esa aura desganada del joven se desvaneció con su imperceptible asentimiento.

—¿Cómo te llamas enviado de Beatríz? — Preguntó con cierta mofa hacía él.

Ese supuesto alfa no era estúpido.

—Miguel Ángel Rogel, señor. — Pronunció con su acento andaluz más marcado de lo usual.

Esa mirada no le gustaba para nada.

Él joven alfa se levantó de golpe de su asiento con una energía desbordante que hacía dejar atrás la impresión de "omega" atrás con esa insinuante sonrisa y sus ojos oscurecidos por algo que prefería no haber visto.

—No me digas señor, cariño. Me haces sentir viejo. ¿Por qué mi madrastra creé qué contraria a uno de sus sirvientes? Dime, lindura que no tengo todo el día. 

Ese par de esmeraldas cruzaron una mirada fulminante con los suyos dándole batalla. Ese supuesto "alfa" se inclinó sobre él con una sonrisa ladina y hacerse espacio entre sus piernas con un movimiento sugerente.

Miguel Ángel frunció su ceño pero no se apartó.

—¿Cómo debo dirigirme a usted entonces señor? — Cuestionó esforzándose por no apartarlo con una patada en su zona baja.

Él noruego solo amplió su sonrisa sintiendo la respiración lenta del beta y la vista de ese par de ojos oscurecidos en ira muy mal disimulada era suficiente para hacerle sentirse mejor después de una muy mala noche. — Llámame Rubén pero me gusta más "Daddy" o "Papí" sino sabes inglés, Mangel. — Solo por esa razón se alejó sin presionarlo más.

Rubén disfrutaría mucho de su nuevo sirviente beta sin duda.

—Cómo usted ordené, joven Rubén. — Dijo con un tono forzado de cordialidad.

Miguel Ángel maldijo por lo bajo el momento en que aceptó "ayudar" a Beatríz.

Do You Feel It °•Rubelangel•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora