Capítulo 28

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Los generales marinos habían detenido su macha a media escalinata, detrás de ellos un estallido de poder había llamado su atención mientras un gran resplandor ilumino la casa de Aries poco antes de que las presencias en su interior se apagaban hasta ser poco menos que perceptibles, nadie dijo nada todos ellos miraron solamente a su superior el general del dragón del mar solo estaba callado mirando la casa en silencio al tiempo que volteaba de nuevo al frente viendo delante de ellos como la mística casa en forma de 2 les aguardaba al final del tramo de escalinatas –Asor dio su vida por nuestra causa, lo menos que debemos hacer es honrar su sacrificio, aplastemos a Athena y venguemos su muerte!- hablo el general marino mientras sus compañeros alzaban sus miradas al frente viendo delante de ellos la casa de géminis donde su siguiente adversario ya les estaba esperando mas que dispuesto a hacerles frente, los generales marinos dieron un ultimo vistazo atrás antes de volver a marchar a toda velocidad dirigiéndose a la casa del signo gemelo, en su interior las amazonas hermanas ya sabían de su presencia y aguardaban calladas a la llegada de sus adversarios aun con un ligero escozor por el incierto destino del lemuriano en la casa numero uno del santuario.

De regreso a la casa de Aries todo estaba en completa calma y silencio, el suelo destrozado estaba repleto de grietas por todos lados mientas el viento de la madrugada soplaba con calma alzando algo del polvo al tiempo que la escasa luz de la luna en el horizonte parecía colarse en el sitio iluminando los cuerpos tendidos en el suelo, uno de ellos de larga cabellera blancosa yacía tirado con sus ojos cerrados y su armadura despedazada, repleta de grietas sin una hombrera y con múltiples marcas de impacto mientras yacía tirado entre los restos de su armadura, aprecia como si hubiese sido arrastrado por el suelo una buena distancia, mientras que del otro lado junto a una lanza dorado que haba volado por el aire ensangrentada del filo asesino yacía el caballero de Aries, estaba apoyado en contra de una columna estrellada su armadura algo rayada por los golpes dejaba ver solo una marca que le atravesaba, justo en la zona del abdomen un corte profundo del que salía el vital liquido ojo del cuerpo del lemuriano que inerte permanecía con sus ojos cubiertos por su cabello mientras una sonrisa de victoria completaba el cuadro de su rosto, si estaba quieto y en silencio mientras la sangre que escapaba de su toso y su pierna teñía de rojo el suelo donde estaba sentado, no se movía ni hacia nada era casi como si la vida se hubiese escapado de su cuerpo tras la asombrosa victoria que haba alcanzado en contra del general marino de Crisaor quien sin duda había resultado ser un adversario mucho mas poderoso de lo esperado peo al final no logro alzarse con la victoria dado el gran sacrificio que Erick realizo por la causa de su diosa de cabellos violáceos.

Los generales marinos dejaron atrás el momento de duda que la caída de su compañero les causo y ponto estaban ya de pie delante de la casa gemela al tiempo que la suave brisa de la mañana soplaba sobre ellos, no estaban seguros del porque pero algo les decía que dentro de esa casa las cosas no serian para nada como ellos esperaban –tengan cuidado el caballero de géminis es famoso por crear ilusiones demasiado realistas- hablo una vez mas el dragón marino al tiempo que los generales entraban despacio a la casa del tercer signo, era bastante amplia e iluminada aunque no se podían apreciar luces por ningún lado, era algo sumamente raro después de todo no tena iluminación sin duda debía tratase de alguna clase de ilusión para hacerles caer en confianza o eso era lo que ellos esperaban, caminaron despacio permaneciendo juntos mientras aparecía delante de ellos lo que sin duda alguna era una fuente y lo que era mas extraño no era encontrar algo así dentro de una de las casas, sino la mujer serena de cabellos negros lagos vestida con un pantalón negó y una camisa blanca algo holgada sentada en el filo de la mencionada fuente leyendo un libro, si eso si era extraño mas cuando ella con suma calma cerro el libo y se volteo a ellos poniéndose de pie mientras su tacones cotos resonaban en el silencio de aquel sitio, coloco el libro en el bode de la fuente mientras les miraba con calma dando pasos seguros hasta que estuvo por completo delante de ellos con sus brazos cruzados debajo de sus pechos sujetándose uno al otro por el codo al tiempo que los miraba con calma
-deberían retirarse mientras puedan- dijo la mujer de cabellos oscuros con calma mientras miraba a los generales marinos
-si claro, porque no te largas tu y nos dices donde esta el caballero de géminis- hablo el caballo marino dando un paso al frente al tiempo que ella solo fruncía un poco el ceño
-perdona los modales de mi compañero es algo gruñón pero podrías decirnos donde esta el caballero de géminis- hablo un hombre calmado con una armadura semejante a las de los demás aunque con unas vistas a su espalda casi como alas extrañas
-de hecho no es caballero, es amazona y esta ante ustedes, soy Chizoru amazona de géminis- y tras decir eso dejo que los generales sintieran su poder.

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