Capítulo 33

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Todo mundo estaba callado e incrédulo ante lo que pasaba frente a ellos pues de ninguna manera alguno de los caballeros u amazonas hubiera esperado que el mismo dios de los mares estaría de pie en el santuario cara a cara con la misma Athena quien solo le miraba empuñando aquel tridente al tiempo que su poderoso cosmo superior se dejaba sentir y ver en aquel sitio pues el dios estaba ahí viendo a la diosa de cabello violeta con calma y una sonrisa en sus labios por como todo se desarrolló -tus caballeros dorados son más débiles que antes o será solo que mis generales son superiores- se dijo a sí mismo el dios de cabello azulado mientras tomaba un aire un poco pensativo por las cosas que pasaron en las doce casas con sus generales que si bien fueron derrotados en más de una ocasión vendieron cara su derrota pues los caballeros dorados no se veían muy bien que digamos en esos momentos pero claro eso poco importaba porque de inmediato se movieron interponiéndose entre la diosa del cabello violeta y el dios de los mares -se interponen a pesar de que saben lo superior que soy a ustedes cuanto valor, lealtad… y estupidez- el cosmo de dios solo resplandeció aún más antes de que de un solo movimiento de su arma una corriente de poder semejante a la brisa de un huracán marino soplara haciendo a los caballeros dorados volar por el aire antes de caer apilados en el suelo tras ese poderoso golpe, solo Jenneth quedo de pie y eso porque se mantenía a un lado de Sara que solo seguía fija en su sitio mirando a ese dios frente a ella, -si deseas llegara a Athena_sama será sobre mi cadáver- sentencio con valor la amazona de Virgo dando un paso al frente lista para encarar al dios de los mares que solo esbozo una sonrisa ante la actitud de aquella mujer de cabello rubio, la diosa trato de decir algo pero n hizo falta pues delante de Poseidón al dar el solo un paso un brillante relámpago dorad rayo el suelo despedazando el mármol dejando una línea recta en el mismo.

-ni creas que tu sola vas a pelear contra el Jenneth, que buena suerte que regrese justo a tiempo- las miradas de todo mundo se posaron sobre aquella figura que se alzaba sobre el tejado de aquel templo mirando al suelo con una gran sonrisa

-al fin regresaste Yoruichi- fueron las palabras de la diosa al tiempo que miraba a esa hermosa mujer sobre el tejado, la mujer era muy hermosa poseedora de un rostro de delicadas facciones con un par de preciosos ojos dorados así como una piel un tanto oscura y un largo cabello morado que caía por su nuca en una cola de caballo, usaba una playera muy ajustada que delineaba a la perfección sus grandes pechos copa d mientras ese short corto dejaba expuestas sus largas piernas torneadas que solo se resaltaban con esas pequeñas botas que llegaban a la mitad de sus pantorrillas, -la amazona de Leo se reporta lista para luchar- y Yoruichi dio un gran salto brillando con una poderosa aura dorada que atrajo desde la quinta casa a aquella armadura que brillando sobre ella dejaba ver la forma de león, Yoruichi cayo de rodilla al suelo mientras su armadura la envolvía protegiendo piernas en botas doradas hasta las rodillas mientras su short parecía desaparecer para ser reemplazado por un cinturón dorado y ancho con un par de crestas sobre sus caderas dejando ver la parte inferior de su leotardo negro que era parte de esa "camisa" que usaba, arriba el top dorado y ajustado dejaba dilucidar sus grandes pechos cubiertos mientras las hombreras rectas y con bordes redondos sobresalían junto a sus brazos cubiertos hasta los codos, no se puso el caso pues a Yoruichi nunca le gusto usarle pues para su manera de combatir solo perjudicaban su campo visual, se puso de pie orgullosa y hermosa apretando sus puños para la lucha contra el dios de los mares que solo esbozaba una sonrisa por la actitud de esa amazona.

-tienes mucho valor lo reconozco sin duda eres toda una leona pero no tienes el poder para respaldarlas- comento el dios del tridente que sostenía con una sonrisa al tiempo que señalaba a sus compañeros derrotados

-quizá pero aun así luchare con todo mi poder- declaró la amazona de leo que solo alzaba sus puños apretándoles con fuerza al tiempo que su cosmo dorado brillaba tomando la forma de un gran león a su espalda rugiendo con fuerza listo para la batalla

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