Capítulo 8

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Ambos llegaron hacía Filch al mismo tiempo, por lo que Scorpius, echándose hacía atrás, dejó a Albus entregar su autorización primero

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Ambos llegaron hacía Filch al mismo tiempo, por lo que Scorpius, echándose hacía atrás, dejó a Albus entregar su autorización primero. El chico así lo hizo, bajo la recelosa mirada del hombre, antes de irse  hacia un costado para esperar a su amigo. Intentó, además, con todas sus fuerzas, no mirarlo mucho en el proceso: quizá era por el hecho de estar vestido con ropa muggle, o por que tuvo su dosis diaria de irritar a las personas (habiendo despertado a Albus alrededor de las cuatro) antes del mediodía, pero Scorpius se encontraba increíblemente lindo. Desde el momento en que salió de su habitación, a la hora de desayunar, completamente vestido, Albus no podía dejar de observar la forma en que la camiseta se ajustaba a su torso, combinaba con sus ojos o su chaqueta de cuero (una chaqueta de cuero, ¿Y aún no hablamos de cliché?) caía sobre sus hombros con una fluidez extraña, natural. Albus estaba dividido entre querer ser él y salir con él, pero sacó esos pensamientos de su cabeza tan pronto sus ojos se encontraron con Scorpius. No es como si fuera homofóbico, ni tuviera algún problema con ello, pero sabía que tirar por la borda una nueva amistad, tan fresca y sorprendente, por simples sentimientos de deseo era algo tonto por hacer. Por muy bien que luzca Scorpius, claro, con esa camisa...

--¿Albus?--el chico se sobresaltó, saliendo de sus pensamientos súbitamente y sonrojándose. 

Se aclaró la garganta, fulminando a Scorpius ante su sonrisa divertida.

--¿Vamos?

Comenzaron a desfilar por el camino de piedra, junto con los demás estudiantes, que llevaba a Hogsmeade. Tan pronto se mezclaron con el paso de los otros, comenzaron a hablar de qué esperarían del novio de Lily, a pelearse entre ellos por la más mínima cosa y luego amigarse nuevamente, comentando tonterías sobre las personas a su alrededor. Algunos los observaban como si estuvieran dementes. Y quizá lo estaban, Albus pensó, recordando cómo se llaman inútiles con cariño en varias ocasiones y pasaron de pelearse a comentar lo bien que les quedaban las prendas muggles. 

Hogsmeade, como era usual, estaba abarrotado de túnicas y ropas de distintos colores. Albus estaba agradecido de dejar atrás las túnicas negras y repetitivas, para sumirse en este nuevo mar, en el que todos podían ser lo que quisieran y vestir como se les dé la gana. Se preguntó, brevemente, cómo reaccionaría McGonagall si viera a algunos de lo alumnos más ejemplares con su ropa de calle, considerando que, para ojos de alguien tan mayor, podrían resultar "reveladores" e, incluso, "blasfemias". Albus creía que era bastante genial. 

Scorpius, Albus agradeció enormemente, no quería ingresar a la tienda de bromas (lo cual era algo curioso, pero el chico no preguntó al respecto), ni tampoco a Honeydukes: Albus nunca había sido fan de sitios tan concurridos, y siempre había lamentado el encontrarse apretado entre tanta gente, que hablaba sobre chocolates o bombas de olor; no pudo evitar sentirse en completa armonía mientras caminaba junto a Scorpius calle abajo, hablando en voz baja sobre distintas cosas o limitándose a observar los locales. Ninguno de los dos parecía querer romper aquel extraño paseo, pero el pub donde Lily los encontraría, comenzaba a entrar en sus campos de vista, por lo que decidieron ver algunas tiendas, por si al salir no tenían la oportunidad. 

Moהotoהía (SCORBUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora