"Te odio"
"Lo se"
Con esa respuesta dió nuestra relación por terminada, con lágrimas en los ojos pero reticente a soltarlas salí de esa habitación con el corazón hecho pedazos.
Durante mucho tiempo pensé que él era mi felices para siempre, pero no lo fue, resultó ser un sapo disfrazado de príncipe. Mientras yo creía que nuestra relación iba viento en popa la verdad es que no era así, por dar un ejemplo, si yo me pasaba una hora preparando la cena para ambos él se encontraba acostándose con una chica. Oh pobre chica, resulta que no sólo me engañaba a mi con ella, sino que ella ni siquiera sabía que él salía conmigo. Por lo que escuché semanas después de nuestra ruptura es que ella se enteró y la separación de ellos fue más escandalosa que la nuestra, pues los medios enfocaron su vista en esa relación fallida. Muchos dirían que tendría que alegrarme pero la verdad es que sentí pena y lastima por la mujer.
Durante los siguientes meses estuve decaído y aunque intenté disimularlo todos me preguntaban si estaba bien, a lo que siempre respondía que me encontraba perfectamente e incluso fingía una sonrisa si era necesario. Odiaba admitirlo pero la ruptura me afectó más de lo que me hubiera gustado. Un año después de lo sucedido me invitaron a un evento, dijeron que varias personas que se dedicaban a lo mismo que yo asistirían, estuve tentado a declinar la oferte porque temía encontrarme a esa persona, pero después de recapacitar por un momento decidí confirmar mi asistencia al evento el cual se celebraría en un par de semanas.
Durante esas semanas por mi cabeza cruzó el pensamiento de que no debería haber aceptado ir pero logré apartarlo de mi mente, lo que no logré apartar fueron los nervios que, conforme iban pasando los días, empezaban a apoderarse de mi cuerpo.
Ya que llego el día me arreglé los suficiente como para verme presentable y cuando entre al establecimiento hice contacto visual con el susodicho, contacto que rompí yo primero, por el resto de la jornada nos ignoramos mutuamente, cosa que supongo nadie pasó por alto.
Cuando salimos nos dirigimos a una discoteca para celebrar el éxito que el evento había tenido. Yo me atrasé porque tuve que contestar una llamada, justo en el momento en el que iba a salir del establecimiento otra persona entró corriendo, lo que provocó que chocáramos y ambos cayéramos al suelo, a lo que los dos soltamos una risa.
Dicen que cuando conoces a tu alma gemela sientes una conexión especial y como si lo conocieras de toda la vida, cuando conocí a Guillermo creí haber sentido eso, ahora veía el error que había cometido, pues cuando mire a la persona con la que había chocado sentí todo lo anteriormente mencionado.
"Lo siento chaval"
"No te preocupes, ¿te encuentras bien?"
"Si, soy Rubén por cierto"
"Soy Samuel"
Y ambos sonreímos, ambos habíamos sentido esa conexión.