Ese sonido que te hace querer llorar, tan gentil y lleno de nostalgia, una tonada que es como si fuera el hogar que siempre has estado buscando. La bella melodía del corazón más puro que ha existido. Una que te hace querer danzar a su acompasado ritmo, crear partituras que no están ni cerca de la original, eso era y hasta más Tanjiro para Zenitsu.
Es por eso que, aunque él fuera tan débil como un diente de León, que hasta con el más ligero soplar del viento se derrumbara, quería proteger al bello sol.
Así fue como comenzó su plan de proteger a Tanjiro sin morir en el intento:
Paso uno: Entrenar para volverse más fuerte aunque duela como el demonio. <Proteger su seguridad>
"Duele, duele, voy a morir, ¿me escuchas?" Uzui rueda los ojos, esa no es la primera vez que se queja el chico rubio desde que comenzó a entrenarlo hace meses.
Él con infinita paciencia le responde "Callate y entrena" cruzándose de brazos exhala un suspiro, necesita una fuerza de voluntad infinita para no molerlo a golpes, ya que sus esposas ya le han regañado infinitas veces por ello.
"¡Eres cruel! ¿por que eres así?" volvió a renegar Zenitsu, a Uzui le pareció gracioso que a pesar de sus quejas, Agatsuma no paraba en ningún momento de realizar esos infernales ejercicios como les acostumbra a decir el de menor edad.
"Tu eres el que pidió esto, sigue en ello" Zenitsu paró sus quejas de manera abrupta, era cierto, él se encontraba torturándose de esa manera por su querido amigo de burdeos cabellos.
"Tienes razón, Yo vine por propia voluntad" Uzui contuvo la respiración en una línea recta formada por sus labios, parpadeó varias veces sorprendido, después de todo por breves momentos le pareció que el Joven de respiración del Rayo se veía un poco genial.
"¡Así se habla, niño llorón!"
Una semana lejos de ese día llega la tan esperada oportunidad de demostrar el resultado por el que estuvo sufriendo un tiempo. Por fin iba a acudir a una misión con los Kamado.
"¡Hagamos nuestro mejor esfuerzo, Zenitsu! " propone Tanjiro con un entusiasmo casi irreal. La sonrisa que le sigue a ése comentario idiotiza al chico rubio.
"S-sí, seguro, Tanjiro" Zenitsu se siente abrumado por sus emociones, el amor que siente por el contrario casi sale de sus labios, está seguro que su corazón late eufórico por la reciente información que recibe de su dueño.
Por un momento se imagina a sí mismo caminando por el prado; su mano se une cariñosa a la contraria el lugar donde siente que pertenece, pero para su efímero pensamiento, eso no debe ser así, él no es digno.
Tal como si su pensamiento fuera predictor del futuro, ve ante sus ojos, como los hermanos se desenvuelven perfectamente sincronizados en aquella misión que él creía, iba a mostrar los frutos de su entrenamiento.
Pasa tan rápido que por instantes cree que es una jugarreta de su cerebro.
Los demonios atacan desde lugares menos esperados, Nezuko previniendo eso, antes que él y Tanjiro, sale de su caja de manera rápida, atacando a dos seres sobrenaturales que ahí aparecen de la nada. Tanjiro le sigue el paso y ellos son acabados en segundos antes de que Zenitsu se de cuenta. Tanjiro y Nezuko forman un gran equipo.
Resultado: Agatsuma Zenitsu no hizo nada en aquella misión.
O eso cree, porque de la nada comienzan a aparecer más y más demonios de bajo nivel, Zenitsu entra en pánico, su visión se vuelve negra producto de su desmayo, lo último que escucha es el sonido del Rayo y a Tanjiro llamando su nombre.
Al despertar observa con pánico que se encuentra en la finca mariposa, tiene leves heridas; Kanao es quien le recibe.
