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Arkham, aquel era el nombre del asilo para enfermos mentales que le daba a la ciudad de gótica la oscuridad necesaria para convertirse en unos de los lugares mas inquietantes para vivir. Poco inusual era ver a alguien que no sea el personal autorizado ingresar al edificio. Aquello servía de alimento para los más tenebrosos rumores que con frecuencia se esparcían por toda la zona.

Hospital de locos, manicomio, centro de rehabilitación, cárcel; las personas tenían múltiples sinónimos para describir a Arkham. Ninguno de ellos se acercaba a su verdadera definición.

Un interesante enigma, la insaciable curiosidad persistía en cada uno de los habitantes de Gótica, ésta misma crecía con cada ambulancia que se detenía en el gran umbral de madera que servía de entrada. Furtivas miradas examinaban a cada persona que bajaba del vehículo, todas estas se concentraban en aquellos que siempre traian las manos esposadas. Aquellos que diariamente se esforzaban por seguir reforzando la reputación de Gótica cómo la ciudad más peligrosa donde no a todos les gustaría vivir.

Muchos eran los nombres; desde un bien vestido hombre líder de la mafia criminal, hasta una perturbada mujer que prefería relacionarse con plantas que con hombres. Personajes que vivían para servir al crimen, incapaces de sentir algún sentimiento humano, cegados por un inexplicable deseo de generar caos. Casi todos tenían algo en común, casi.

En incontables veces, profundas e incontrolables risotadas se exparcian y penetraban por todas las blancas paredes del lugar. Todas provenientes del mismo sujeto.

Límite, la mayoría de delincuentes que estaban reclusos en Arkham tenían uno, aquello era lo que los diferenciaba de un desequilibrado mental que se encontraba en unas de las habitaciones más alejadas de todo el hospital. La cordura perdida del sujeto lo volvía alguien impredecible y poco confiable, capaz de generar una profunda incomodidad en todos los demás que se encontraban en el edificio.

-¿Asesinó a otro guardia?, ¿Cómo es posible que haya hecho eso?

-No logramos entender cómo lo hizo Doctora Grett, varios de los enfermeros lo revisaron para verificar si no tenía alguna arma. Estamos seguros que no portaba nada.

-¡Una tijera! ¡Le perforó la cabeza con una tijera! ¡Estando completamente esposado! No me importa la revisión que le hicieron, ese hombre se las ingenió para que ustedes no encontraran nada de lo que buscaban.

Un corto silencio interrumpió la corta pero tensa conversación en aquella oficina principal del hospital de Arkham. Una fuerte brisa movió los rubios cabellos de la mujer presente, dando un corto suspiro y acomodando sus enormes gafas negras continúo con sus eufóricos gritos.

-¡No puedo creer lo incompetentes que pueden ser! ¿Qué voy a hacer cuando el teniente Gordon se entere de los 6 guardias muertos en manos de ese payaso? ¡El hospital cerraría! ¡Me tacharian cómo incompetente! Seré la burla de mis colegas, ¡Me quedaré sin trabajo y sin dinero! Lo que está en juego es mi reputación enfermero Matts.

-Lo entiendo doctora Grett, pero todas estas muertes escapan de nuestras manos, ya intentamos de todo para mantener seguro a cada guardia que se encargó de la protección de la celda del payaso. Nada ayuda, él siempre termina cortándoles la garganta o perforandoles la cabeza. He estado pensando, y creo que lo mejor sería que lo devolvamos a la justicia, entonces será problema de ellos.

No había seguridad en el tono de las palabras del enfermero Matts, inútilmente trataba de evitar más muertes, pero él no era quien decidía eso. La mirada de la doctora era de incredulidad, una de sus manos pasó por sus cortos cabellos, logrando acomodarlos.

-No podemos hacer eso, Gótica sólo tiene un hospital para enfermos mentales. Todos estos criminales no son juzgados cómo deben, nuestro trabajo es diagnosticarlos con algún desorden mental, de esa manera la policía no toma posesión de ellos. Los ciudadanos de Gótica saben eso, por eso exigen al alcalde que nos brinde mejores remuneraciones para nuestro sustento, si todos estos delincuentes son llevados a juicio, ninguno se salvaría, terminarían condenados a muerte por todas sus desalmadas fechorías. Eso enfermero Matts, no nos conviene, nosotros vivimos de los múltiples locos que terminan llegando acá. Así que déjeme decirle que su idea es una completa estupidez, mandar a ese payaso con el teniente Gordon hará que le demostremos que no podemos retenerlo, lo condenaran a muerte y eso no lo voy a permitir, aquel loco es uno de los mayores atractivos de Arkham, el alcalde paga muy bien por ese sujeto. No voy a permitir que todo eso se termine.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2020 ⏰

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