3.❄

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Narra ___

Caminaba atrás de Tres chicos que conversaban animados con mi padre, mi padre era la clase de persona que encajaba en cualquier lado, que se adaptaba sin esfuerzo y le agradaba a todos de manera casi inmediata. En cambio yo...

-¿Estas bien? -Pregunto uno de los chicos que nos escoltaban, su cabello era celeste, sus ojos de un amarillo realmente hermoso, me daba la leve sensación de estar viendo un maniquí ya que no encontraba ninguna imperfección.

-¿Eres humano? -Pregunte sin pensarlo, el sonrió, mi hermano curioso nos miro y se acerco, el también quería saberlo, miraba a este muchacho desde que estábamos en la oficina del Hokage.

-Digamos que algo así. Por cierto, se que ya nos presentaron, pero me gustaría volver a hacerlo. -Su voz era muy calmada, algo bastante relajante. Estiro su brazo dándome a entender que quería estrechar nuestras manos. - Me llamo Mitsuki, puedes contar conmigo para lo que sea.

-Oh, emm...

-No seas tan desconfiada, hija. -Dijo en tono divertido mi padre, nos miraba a unos pasos lejos igual que los otros dos chicos. Sentía como mi padre me decía mentalmente, "Dale una oportunidad a esta nueva vida" y yo muy dudosa, decidí que aun que intentara, no podría cambiar esto. Tome su mano, con un dolor en el pecho, pero le sonreí.

-Me llamo Uzumaki ___, muchas gracias y... espero que nos llevemos bien.

Después de escoltarnos hasta nuestra nueva casa, todos se despidieron, y partieron por su lado. Los volveríamos a ver en la mañana, nos darían un cómodo paseo por la Aldea. En el fondo debía admitir que me emocionaba la idea de un mundo nuevo, pero entre tantos problemas, muertes y odio, temía que todo volviera a destruirse, temía perder a los que amo, a mi familia...

Solté varios suspiros, y entre a la que seria mi nueva habitación, pero algo me detuvo, esa imagen.

Una mujer, rodeada de grandes llamas que consumían la aldea... La aldea oculta del remolino.

-¿Pensando en mamá?

La voz de mi hermano me saco de mis pensamientos. Estaba apoyado en la puerta mirándome, no parecía preocupado, el nunca se preocupa, mas bien, tenia cara de juguetón, esa típica expresión que me daban ganas de romperle la cara.

-No. -Me limite a responder, mientras me sentaba en mi cama y jugueteaba con mis pies. -Es solo que... -Intente hablar, pero un nudo en la garganta y las lagrimas lo evitaron. Mi hermano se sentó a mi lado y me tomo la mano.

-Mira, se que nuestra relación ha sido complicada, que tal ves ni siquiera me sientas como tu hermano. Tu papá es raro, y ha adoptado a media aldea. -Rio. -Pero, -Tomo mi mentón haciendo que lo mirara directamente a los ojos. -No tienes que llevar toda la carga tu sola. -Limpio delicadamente con su pulgar una lagrima que caía por mi mejilla, luego acto seguido, me abrazo, con fuerza, sintiendo que todas las ataduras se rompían, soltando todo el dolor que llevaba. -Suéltalo todo, aquí estoy para ti.

Lloré y lloré hasta que mis ojos sintiéndose demasiado pesados para seguir abiertos, y mi cuerpo entumecido, apoye mi cara en su hombro y suspire una ultima vez, para luego, quedarme dormida.

"Gracias, Shisu."

Narra la escritora

A la mañana siguiente

____ Despertó molesta por el ruido que venía del primer piso de la casa, escuchaba a su hermano gritar como loco, eso le enfermo. Enojada bajo las escaleras maldiciendo a cada paso a Shisu, y cuando llego a la cocina, donde el ruido provenía se asomo.

-Shisu.... Maldito imbécil...- ___ Apretó sus puños y su cabello parecía casi endemoniado, Shisu se dio la vuelta con sus acompañantes, El séptimo y su hijo. abrieron los ojos como platos, y el resto es historia.


Aquel Rojo (Boruto y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora