Capítulo 5| Pía

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Lunes

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Lunes. Primer día de clases en la universidad.

Y aquí estaba yo, corriendo de aquí para allá por la habitación porque me había despertado tarde. Supongo que estas cosas sucedían cuando no tenía ningún Bruno Cox que me quitara las sábanas y me arrojara agua helada para despertarme.

Fantástico.

Salí del cuarto hecha un manojo de nervios mientras que mi celular vibraba constantemente con las llamadas y mensajes de los chicos preguntando por mi presencia.

Al salir a la sala vi el cuerpo de Dante tomando unas llaves y abriendo la puerta. Me miró sobre su hombro con las cejas alzadas y supe que debía de verme como un espantapájaros.

-Espera, yo también salgo -dije rápidamente tomando mis llaves.

Ambos salimos al pequeño pasillo y corrí hacia el elevador, presioné el botón como una desquiciada y me mordí las uñas sintiendo mi celular vibrar. Contesté a la llamada sin fijarme en quien era.

-¡¿Dónde estás?! Estamos reunidos en el salón de actos, Travis está diciendo un montón de mierda que no quiero entender, Ares está dormido babeando en mi hombro y Bruno se hizo amigo de los estúpidos de Pi Kappa Alpha, por lo que estoy prácticamente solo -soltó Tyrion e hice una mueca.

-Estoy llegando, ya estoy cruzando las puertas de entrada de la universidad -de salida del edificio- Quedate ahí ¿Si? -dije viendo como las puertas se abrían.

-Diablo no me mien...

-Te quiero Ty -corté y entré seguida de Dante.

Las puertas se cerraron y me miré en el espejo del elevador. Pasé las manos por mis cabellos tratando de peinarlos un poco, me mordí el labio con fuerza tratando de quitar un nudo y solté un gemido de frustración.

-Jodido pelo de porquería -gruñí y entonces las puertas se abrieron.

Estaba a punto de salir corriendo, pero la mano de Dante me jaló y comenzó arrastrarme por el estacionamiento.

-Oye ¿Qué haces? ¡Sueltame! -chillé sacudiendome pero siguió tirando sin aflojar su agarre.

Llegamos a un hermoso auto deportivo color bordó de ventanas polarizadas, se escuchó un pitido y las luces parpadearon. Abrió la puerta del copiloto y me arrojó ahí como si fuera un saco de papas. Se subió al lado del piloto y puso las llaves encendiendo el motor.

-Ponte el cinturón -habló y le hice caso solo porque quería llegar lo más rápido posible.

Manejó con una mestría que Tyrion le envidiaría, prácticamente parecía que volábamos entre los demás vehículos. Sus manos se ajustaban al volante perfectamente y sus ojos jamás abandonaron el camino en ningún momento, contrario a mi que me desviaba observando su perfecta vestimenta.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora