La nieve de New York no se parece en nada a la nieve de Seúl.
Es un pensamiento intrascendente, pero es lo único en lo que Jungkook consigue ubicarse mientras las puertas de cristal de la enorme clínica se cierran tras él. No sabe bien a cuántos grados bajo cero está la temperatura, sin embargo, siente su cuerpo entumecido por completo, agarrotado en una sensación indescifrable y con la impresión de que, en cualquier inesperado momento, comenzará a quedarse sin aire.
Su mano enguantada se cierra sobre el sobre con los resultados que la amable doctora le ha entregado luego de hacerle pasar a su consultorio y hacerle un sinfín de preguntas que Jungkook no supo cómo contestar porque: 1) No es que manejara muy bien el idioma aún y 2) cómo se supone que iba a decirle a esa mujer algo con lo que pensó que no tendría que lidiar en mucho tiempo, o tal vez, nunca.
Ciertamente, no eres el primer joven con tu condición que atiendo, Jungkook. Pero sí eres el primero con un embarazo confirmado.
Las palabras de la mujer retumban en su cabeza de regreso mientras trata de recordar cómo se camina. Ella lo había dicho con una sonrisa, como sí esperase ver en sus gestos algo más allá que una absoluta confusión que daba paso, paulatinamente, al pánico; a lo mejor ella esperaba llanto y palabras de genuina alegría, pero Jungkook sólo pudo guardar silencio los largos minutos que siguieron, estando y escuchando a medias.
Porque no está preparado para eso y nunca pensó tener que estarlo.
Y porque, además, tampoco sabe cuál es el paso a seguir.
¿Qué debía hacer ahora? ¿Debía ir directamente a su decanatura a informar que no podría seguir en clases o esperar un tiempo? ¿Dónde se supone que debía reclamar los medicamentos que la mujer le había recetado? Más importante aún, ¿A quién debía llamar primero: a sus padres o a su médico en Seúl o… o a Taehyung?
Kim Taehyung.
De sólo pensar en su novio un escalofrío recorre su cuerpo entero porque no sabe qué va a decirle, ni cómo va a reaccionar el mayor entre los dos. Nunca habían hablado directamente de la posibilidad, ni de qué harían sí llegaba a pasar porque, directamente, Jungkook siempre había dado por sentado que nunca pasaría, que él no sería ese 1% dentro del ya poco porcentaje de chicos con su condición.
Su condición; suena incluso mal en su cabeza decirlo de esa forma.
Para él nunca había sido algo más que un apartado especial en su historia clínica, algo con lo que tuvo que vivir desde que su despertar sexual inició y sus padres debieron contarle de aquel detalle. Un asunto biológico, se había dicho a sí mismo siempre; más que nada porque nunca sintió que aquello afectase en algo su construcción como hombre ni que pusiese en duda su identidad o su orientación.
Jungkook siempre ha estado seguro de que es un hombre, sólo que adicionalmente, tenía la capacidad de concebir, así que tener un útero no definía nada para él. Nunca hubo la necesidad de un tránsito, como tanto temió una parte de su familia y tampoco hubo la necesidad de ocultarlo como algo a lo que temerle, simplemente era una parte de sí mismo y, contrario a lo que todo el mundo a su alrededor creyó cuando se lo contaron, Jungkook realmente está bien con ello.
Sin embargo, estar embarazado era algo distinto.
Sí bien siempre había sido sincero sobre ello, incluso contándoselo a Taehyung poco antes de que ambos decidiesen tener una vida sexual juntos; Jungkook realmente se había hecho a la idea de que, sí alguna vez quería tener un hijo en su vientre, tendría que ser algo planeado y que implicaría mucho esfuerzo, incluso con la posibilidad de no conseguirlo. Siempre había sido algo muy lejano, algo en lo que ni él ni Taehyung tenían qué pensar incluso sí estaba tomando anticonceptivos.
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Nieva en Seúl.
RomancePorque hay algo que Jungkook debe decirle después de Navidad. TaeKook. Fluff. M-preg.