Alfa problemático - kaihun/sekai

PARTE 3.

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Decidir que los lobos se dieron prisa al irse era casi una broma, la pareja vio como cada miembro se fue en un parpadear hasta encontrarse totalmente solos, SeHun conocía el lugar mejor que el moreno por eso su lobo sin dudar comenzó a avanzar entre la penumbra, se dirigía a un pequeño lago solitario, un punto que no era tocado y él, como líder cuidaba sin molestar la paz natural que ahí se hallaba.

JongIn lo siguió arrastrando las patas, observaba el lugar curioso, fue él quien se acercó al agua para beber un poco y después dejarse caer en sus patas traseras, JongIn no lo diría, pero SeHun lucía como un cachorrito esperando atención o un premio. Bebió un poco de agua antes de lamerle el hocico, se acercó lentamente al lobo castaño antes de comenzar a restregar sus rostros juntos, SeHun lamió cariñoso debajo de su barbilla y entonces deseó más. Llamó a su humano en cosa de nada y ante la desnudez del moreno el pálido se descubrió volviendo a su forma humana.

SeHun era más alto por cosa de mini centímetros, tenía los hombros un poco más anchos, sí, pero su cintura era más pequeña y aunque su cuerpo estaba realmente esbelto, con los pectorales grandes y el abdomen marcado, fue JongIn quien presumía una masa muscular mayor, con los brazos más gruesos y un abdominal donde la fila de músculos resaltaba excepcionalmente.

El frío recorrió sus anatomías, mas ambos sabían que el temblor de sus cuerpos lo causaban los ojos ajenos y no la ráfaga de viento. JongIn se acercó lentamente al otro, SeHun no sabía cómo afrontar la situación, había tenido cachorros, una vida sexual activa hasta un año atrás, pero en ese momento se sentía inexperto. Virgen.

JongIn sólo podía pasear los ojos alrededor de la piel expuesta, sabía que para el otro esto era complicado, lo veía en sus ojos, intentaba entenderlo, quería decirle que podían parar, que si SeHun se sentía incómodo no lo harían, pero al mismo tiempo la idea rasgo el corazón del moreno. Quería emparejarse de una buena vez, quería gritarle al mundo que ese alfa era suyo, quería más de lo que podía recibir, y por eso cuando tomó las caderas estrechas del muchacho su sonrisa no fue la de un bastardo seductor, más bien lucía como un chico, como el simple Kim JongIn que era, nervioso al igual que él, primerizo en la situación, porque al final esta era su pareja, no otro culo más, era su destino parado ahí.

A JongIn se le antojó que el destino de verdad era encantador.

Con la diestra acarició la mejilla del chico, vio el tinte rosa resaltar sobre la piel pálida, se dedicó a besar su moflete con dulzura, con paz, se deslizó hacia la oreja y aspiró el aroma masculino que SeHun profesaba a su nariz.

—Llegaremos hasta donde debamos.

SeHun asintió como silenciosa respuesta, besó su boca cuando estuvo a su alcance, y JongIn se perdió en el sabor del otro, succionó la boca del menor, sus manos se tocaron con delicadeza, estaban guardando en su memoria la piel del otro, su textura. Era como alcanzar el cielo y reposar sobre una nube.

Era como soñar.

Cuando los besos se tornaron más que calientes y pasionales SeHun se aferró al abundante cabello de JongIn, con una mano metida entre la maraña plateada, tirando del mismo y la otra en su pecho, rasguñando sin notarlo. Para el moreno SeHun se sentía malditamente suave entre sus dedos, los siniestros acariciaron sus caderas antes de descender poco a poco, lentamente se acercó a donde más quería.

Temblando, SeHun aceptó que JongIn fuera un poco más lejos, con los dedos hundiéndose contra su trasero, sintió como apretaba, las uñas rasgando, el gemido que el moreno dejó escapar por al fin llegar lejos. En un momento el pálido quiso empujar al otro, el moreno estaba tanteando muy cerca de la división de sus globos, y no se sentía precisamente cómodo.