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Un escalofrío le recorrio, para después gobernarle un calor abrasador, sin evitarlo soltó la caja donde todas sus pertenencias se encuentran —¿Por... Por qué?- se preguntó, trató de aclarar su vista, pero la mayor parte del paisaje parece dar vueltas, mirara por donde mirara el mundo yace flotando.

Se sostuvo de la pared aún desconcertado y preocupado —Se supone que esto no pasaría... - se dijo mientras siente un líquido recorrer sus piernas, desde los glúteos hasta ambos tobillos. La simple sensación le hizo maldecir, odia eso, le duele tocarse y nunca satisfacerse.

—Tengo que... llegar con Nezuko- murmuró, con ese pensamiento a flote intento de nuevo aclarar su vista y de mantenerse de pie, con la intención de regular su respiración tomó aire lentamente pero no lo logró pues la excitación se lo impide —Seguramente ella me está esperando, ¿Estará llorando?- pensó con desgano, fijo su vista en el cielo que poco a poco va perdiendo su luz y la obscuridad al parecer no esperará más.

—No...ahg- respiro y tan sólo aquella acción logró hacerlo reaccionar. Su olfato logró percibir una fragancia nueva, pero extrañamente familiar. Tembló con nervios, el olor es de un alfa —Es rápido... Necesito ¡Ahhh! Necesito esconderme- hablo al sentirlo cada vez más cerca, intento buscar algún escondite, sin embargo, aquella aldea lo único que tiene es un mercado pues por las noches la gente solo desaparece cual fantasmas, dicen que al caer la obscuridad una tribu ataca.

—Nezuko- volvió a pronunciar el nombre de su pequeña hermana —¿Por qué tuvo que pasar esto?-

—Nezuko- volvió a pronunciar el nombre de su pequeña hermana —¿Por qué tuvo que pasar esto?-

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Capítulo uno-

—¡Tanjirou!- un grito chillón llamó su atención, volteó encontrando la risueña carita blanquecina.

—¿Nezuko? - con una sonrisa miro los ojos rosados de la menor —¿Qué necesita mi hermanita?- agarró a la niña y en segundos cargo el cuerpo más pequeño.

—Tanjirou... - la menor murmuró con tristeza —Ten cuidado ¿Vale?- la niña de apenas 8 años abrazo le abrazo —Regresa pronto -

—Claro que regresaré Nezuko, te traeré un delicioso dulce, ¡Ahora! ve adentro que sino, se hará tarde- con la intención de animarla intento hacerle cosquillas, la niña sonrió para después entrar a la casa —¡Nos vemos!- dió media vuelta y se marchó pues ya no queda comida, y de igual forma el dinero escasea —Sólo trataré de ganar algo- el plan de Tanjiro es trabajar haciendo mandados en el mercado más cercano y pues ganará un poco de dinero, después tratará de comprar lo más necesario para su hermana (y porsupuesto algo para él).

Inicio ayudando a un viejo que observó a la lejanía, corrió hasta llegar a su costado e intento ofrecer un poco de ayuda, el anciano trae cargando unas cajas con condimentos.

—Oye chico- el anciano le hablo —¿No es muy pesado para un Omega?- le miro  aún con duda, Tanjirou sonrió y alzó los hombros.

—No lo sé, pero créame que tengo mucha fuerza- agarró la primera caja, si pesa pero no se compara con los galones de agua que suele cargar todos los días pues aquel líquido puro no llega a su choza y su hermana necesita bañarse —Tranquilo señor ¡Yo puedo!- el anciano asintió impresionado ni siquiera su hijo Omega puede cargar lo que esa caja contiene.

—De acuerdo niño -

Los dos llegaron al lugar destinado, la gente abunda, varios omegas, alfas y betas compran, y venden. Un mercado es el punto donde se genera más ganancia.

—¡Wow!- no evitó sorprenderse — No sabía que el mercado es famoso-

—Niño ¿Quieres trabajar para mí? Te daré el treinta porciento de ganancia y algunas frutas- el viejo después de ver como el gentil Omega le había propuesto ayuda sin recibir nada a cambio, simplemente logró ablandar su anciano corazón —Es lo único que puedo ofrecerte-

—¡Claro! ¡Se lo agradezco señor!- en minutos Tanjirou comenzó a acomodar el puesto del viejo —¡Vengan por sus frutas! ¡Son las mejores! - gritó promocionando la mercancía algunos clientes fueron atraídos por los gritos otros por el Omega y es que Tanjirou no es nada feo, su cabello pelirrojo con unos bonitos aretes adornando su rostro fue llamativo, pero aquellos hermosos ojos gentiles, son lo que las personas ven primero.

Pasaron unas horas y el puesto no tardo en verse vacío, las verduras y frutas escasearon en éste, siendo una gran venta.

—¡Genial! Ha sido la primera vez que se termina casi todo ¡Bien hecho chico! - el anciano empezó a recojer todo en el pequeño carro que le ayuda a cargar —¡Ten!- le dió unos billetes con una caja.

—Señor...¡esto es mucho!- miro el dinero asombrado, en sus manos se encuentran varios billetes.

—¡Pues claro! es el treinta porciento de mis ganancias, ahora vete que faltan ...- miro su reloj —Si, faltan pocas horas para que comience a anochecer - el anciano se apresuró más.

—Tengo que comprar unas cosas pero, ¿Qué tiene de malo la noche? Sé que hay bandidos, pero... -

El señor se detuvo y soltó una carcajada —¿No sabes lo qué ocurre?- el Omega negó —Dicen que en este lugar una extraña tribu baja de las montañas y... La verdad nadie sabe qué hacen pues solían robar la comida y algunas prendas de vestir- explicó.

—¿Robaban? ¿Ya no lo hacen?- Tanjiro pregunto dudoso, pues si ya no roban ¿Qué es lo malo?.

—No, ya no, la gente huyó así que aunque veas esas casas - señaló los edificios —Sólo son recintos abandonados y completamente vacíos- termino de hablar para seguir acomodando su equipaje —¡Cierto! Apresúrate que pronto llegará la noche -

Tanjirou asintió, pasó por algunos puestos, ya lleva alimentos así que sólo comprará ropa y ahorrará para luego comprar más comida, caminó por algunos minutos hasta que vio un bonito kimono rosa con flores lilas.

Es perfecto para Nezuko- no evitó pensar, se acercó al puesto e inmediatamente se lo pidió a la mujer encargada del vestido.

—Un kimono para un hermoso omega... Creo que eres de está talla - la beta observó al chiquillo para después señalar un traje de colores rosados.

—Umm no, quiero ese- señaló el kimono que se encuentra colgado —No es para mi- dijo a lo que la señora enseguida se lo dió apenada.

Esto es suerte- pensó pues lleva ropa para su hermana, comida y dinero de sobra, eso definitivamente es suerte. Ya no observa a tanta gente, sólo algunos vendedores los cuales ya se están yendo, simplemente se vio solo caminando, sin embargo, antes de dar un paso más se detuvo de golpe tirando inconscientemente la única caja que lleva. Al sentir un golpe fuerte de calor, de inmediato quiso desprender su ropa y liberar aquella sensación.

¿Por qué?-

¡Mi primer InoTan! agradezco que le hayas dado una oportunidad

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¡Mi primer InoTan! agradezco que le hayas dado una oportunidad. >u<

Alfa  →INOTAN←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora