El curioso hilo rojo del destino IV (4)

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(O de las cinco veces que Byun Baekhyun entendió el verdadero significado de la palabra felicidad)

  Cuarta Parte

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Uno de los momentos más felices en la vida de Byun (ahora Park) Baekhyun, fue aquel extraño día en el que su amado hijo Jisung finalmente llegó a su vida.

Y he de decirles que su aparición fue completamente inesperada.

Total y absolutamente inesperada.

Hacía poco más de seis meses que Baekhyun había contraído matrimonio con su novio de la adolescencia y socio empresarial: Park Chanyeol (quien era su alma gemela) y para el momento no se les había ocurrido por nada del mundo ampliar su recién formada familia.

La noche en la que todo comenzó, los esposos se encontraban en la fiesta de fin de año de su propia compañía: Loey Entertainment.

Era una empresa pequeña pero increíblemente exitosa que en poco tiempo había conseguido que sus únicos dos artistas: Chen (cuyo nombre real era Jongdae y era primo de Junmyeon) y el propio Baekhyun, arrasaran en la escena musical koreana. Su CEO y productor en jefe, PCY (quien no era otro que Chanyeol) de a poco se convertía en una figura importante en el ámbito musical del país, por lo que la reputación de la disquera cada vez se hacía mejor y mejor.

Por supuesto que el renombre no vino solo, detrás de tal éxito había un gran cúmulo de arduo y excesivo trabajo en equipo y talento. Baekhyun y Chanyeol empezaron el estudio desde cero, y a tan sólo cinco años de su fundación, ambos contaban con una serie de empleados y socios leales que hicieron de su sueño de hacer música juntos una realidad más que palpable.

La fiesta era en parte para agradecer ese esfuerzo y devolver, aunque fuera un poco, la cantidad de apoyo y amor que su joven iniciativa había recibido. Sin embargo, aunque era una ocasión de celebración, Baekhyun no se encontraba de humor para ello, al menos no del todo.

Hacía días que había estado sintiéndose extraño. Su cuerpo estaba indispuesto y el malestar era tan fuerte que en ocasiones sólo quería enrollarse entre las sábanas cual rollito primavera y no saber nada del mundo hasta que el invierno acabase y el calor de los prineros días de verano lo obligara a dejar los cobertores a un lado. Pero no podía hacerlo. Se suponía que era un adulto responsable, uno que tenía un trabajo que atender y un millón de cosas por terminar. En momentos como ese se preguntaba por qué había tenido tanta prisa por crecer en la infancia. De haber sabido que la adultez sería tan tortuosa y exigente (al punto de no poder pasar su enfermedad viendo caricaturas en el sofá y comiendo sopa de pollo) le habría pedido a Kyungsoo que le lanzara un hechizo que lo mantuviera siendo un niño por siempre.

—Cariño ¿Ya te sientes mejor? —Chanyeol se acercó a él, sentándose a su lado y ofreciéndole un vaso de agua helada.

El hombre lo miró con la preocupación estampada al rostro. Más temprano le había insistido que se quedara en casa a descansar, pero Baekhyun desestimó la oferta con un escueto "estaré bien" del cual se arrepentía en ese momento.

Dios, de verdad quería irse a casa.

—N-No. Creí que mejoraría si tomaba un poco de aire, pero ahora me siento mucho peor. El dolor de estómago es insoportable. Yeol, es realmente horrible.

Angustiado, Chanyeol lo rodeó con sus brazos y acarició su cabello delicadamente. —Bien, ya está, dejaré a alguien a cargo de la fiesta y tú y yo nos iremos a casa para que descanses. No, no me mires así. Ya tuve suficiente de esto. Nos iremos y cuidaré de ti hasta que mejores.

We Can Call It: "Extra" «I Call It Series 3.5»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora