La rata mayor

La Familia va primero

En una casa de campo vivía una familia con dos hijos y un gato.

Lo que no sabía es que tenían pequeños alquilinos dentro de su hogar.
Era una pequeña familia de roedores, donde mamá ratita cuidaba y criaba a sus tres hijos, dos eran de la misma edad y uno era el mayor el cual se diferenciaba de sus hermanos por sus ojos rojos brillantes, mientras sus hermanos tenían ojos negros.

Todas las mañanas mamá rata salía de su pequeño escondite para ir en busca de alimento para sus crías, tenía que ser veloz y encontrar alimento ante de que las personas o el gato se despertaran y quisieran atraparla, pues ellos no eran unos alquilinos deseables y a las personas les daba miedo y asco al ver a las ratitas las cuales no eran ni de porte de una mano.
Mamá rata, sólo salía dos veces por día,  al amanecer y al a anochecer recojia todas las migajas que le fueran posible llevar consigo.

Un día la señora de la casa se percató que en una de las paredes de su casa tenía un pequeño agujero, por lo que de inmediato puso trampas para ratones, por todo el alrededor.
Pues al vivir en el campo no le hacia asombró que pudieran vivir ratones en su casa, así que pretendía sacarlas de inmediato.
Cuando mamá rata pretendía salir en busca de alimentos, se despide de sus hijos, dejando al mayor a cargo.
Al salir  de la casa mamá ratita se percata que esta rodeada de pequeños trozos de manera con alambres encima, y en su interior se encontraba pedazos de quesos, ella muy feliz se sube al trozo de manera a coger el queso, cuando su hijo se asoma haber a su mamá logra visualizar como agoniza en las garras de aquel objeto que contenía pequeños trozos de queso y sin poder hacer nada. Ese día vio perder a su madre y conocer a un nuevo enemigo.

Estaba tan triste la ratita mayor y con lágrimas en sus ojos se acercó a sus dos hermanos y les dijo que  mamá ya no podrá cuidarlos más, pero que  no debían preocuparse por que el los cuidaría.

La señora de la casa al pasar cerca de las trampas vio  a mamá ratita atrapada en una de sus trampas. Aun así corrió encima se una silla con una escoba empezó a gritar como si estuviera rodeada de ratones.

El hijo de la señora al verla asustada sacó a la ratita de la casa y la enterró a lado de un gran árbol.

Las trampas iban a seguir en su lugar, pues no estaban seguros de que esa fuera la única rata que había habitado su casa.
La rata mayor tenía que evitar la tentación del queso que estaba en las trampas e ir por las migajas que encontrara y llevárselas a sus hermanos menores, prefería salir muy temprano en la mañana cuando sus hermanos todavía dormían y  cuando estuviera muy de noche para no correr riesgos de que alguien en la casa notara su presencia.

A las ratitas todavía les dolía la ausencia de su madre  pero estaban agradecidos con la protección de su hermano mayor y aunque eran muy traviesos y juguetones sabían que su hermano mayor los quería mucho y siempre los iba a proteger como la familia que son.
Lo esperaban siempre cerca de la entrada para recibirlo con un gran abrazo, pues ellos valoraban el esfuerzo que su hermano así y entendían el peligro al que se enfrentaban día tras día.