𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 ᴷᵛ

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Luego de una agradable caminata entre los dos hermanos, comiendo helado, Taehyung supo que era momento de dejarlo donde su primo, al llegar a casa sabía que tendría problemas por haber gritado a su tío, y no quería que su pequeño hermano de tan solo 8 años presenciara lo que ocurría casi siempre.

— Pequeño, se esta haciendo un poco tarde, ¿te gustaría pasar la tarde con Jin hyung?

— ¡Sii! no lo veo desde hace dos semanas ¡vamos hyung! — exclamó el niño mientras jalaba de la manga de la camisa de su hermano para dirigirse a la casa de su segundo hyung favorito —.

— Tranquilo campeón — dijo mientras cargaba a su hermanito para dirigirse donde su hyung — eso sí, solo será hasta las 8 ¿vale?, ni un minuto más ni un minuto menos, y nada de estar manipulando a hyung con tus pucheritos para que salgan a pasear, tienes que hacer tus tareas.

— ¡Sip hyungie, se lo prometo! — estiró su pequeño meñique hacia su mayor, para juntar ambos y formar la promesa, una acción muy característica de los dos hermanos —

— Confío en ti Jihyungie — juntó su meñique con el del contrario, para entrelazarlos entre si —.

♡

— ¡Jin hyung! — chilló el pequeño mientras era abrazado por el dueño de la casa — ¡lo extrañé mucho!

— Hola peque — alzó al hermanito de su tierno primo en sus brazos — yo igual te extrañé mucho — comenzó a besar toda la cara del niño mientras este reía — ¿y a qué se debe tu visita?

— Taetae me trajo para pasar la tarde con usted hyung — dijo inocentemente —

— ¿En serio? Bueno, ve a dentro mientras Taetae y yo hablamos, ¿si? — bajo al más pequeño de sus brazos dejándolo en el suelo —

— ¡Sip! Chau hyung, ¡cuídese, y cuando regrese me trae galletitas! — abrazó a su hermano y se retiro hacia la cocina de su primo para buscar gomitas —.

— Ho-hola hyung — dijo un apenado Taehyung, siempre le daba vergüenza dejar a su hermanito con su hyung porque sentía que le estaba quitando su tiempo — disculpe si le dejo a Jihyung p-pero tío al parecer va a traer a sus amigos y sabe como se pone.

— No te preocupes, sabes que mis puertas siempre van a estar abiertas para ese pequeño revoltoso y para ti — sonrío — ¿Por qué mejor no te quedas? si en tu casa va a ver ese tipo de escena no es tan lindo que tu estés allí.

— Lo haría pero si no regreso tal vez se enoje y no quiero eso hyung.

— Tae, ya te dije que no es dable que tío tenga ese tipo de actitudes en tu casa cuando hay dos menores, será de nuestra familia pero tienes que hablarlo con tus padres — dijo cambiando su aura a una seria, le daba coraje el hecho de que su primo tenga que pasar esas situaciones, no sabia con exactitud que es lo que ocurría en la casa del peli-rosa cuando dejaban al pequeño en su hogar, pero suponía que no era nada bueno —.

— Hablé con ellos pero no me creyeron, creen que estoy inventando cosas, que tío sería incapaz de ser así — dijo mientras bajaba la cabeza y hacia puños sus mangas, en esos momentos era en que sus barreras que se formaban para no ver al Tae frágil frente a su pequeño y amigos, se desmoronaban — b-bueno, mejor me retiro, que tenga buena tarde hyung, nos vemos más tarde — dijo para salir corriendo de donde se encontraba —.

♡

¿Por qué sigues mintiendo?

— N-no lo s-sé — se respondió a sí mismo, estaba cansado, cansado de todo, de mentir a las personas que más quería, de no poder ser fuerte, de proponérselo para después terminar como lo estaba en estos instantes, llorando mientras se dirigía a su casa —

¿Por qué seguimos sin hacer nada?

Todo era mentira para él, lo que le dijo a su primo, fue mentira, lo que les dijo a sus padres, de que todo estaba bien en casa, era mentira, el hecho de que crea que podrá afrontar a su tío, era mentira, el hecho de que crea que podrá salir sin un rasguño de su casa, era mentira, el hecho de que vivía feliz con su tío, era mentira, el hecho de que creyera que si ocultaba todo lo que estaba marcado en su piel todo iría bien, era mentira, el hecho de decir que no era abusado, era mentira, y él mismo lo sabía.

Lo sabía, perfecta y malditamente lo sabía, pero no podía hacer nada, no cuando..

Cuando menos se lo espero, ya había llegado a su casa, lo notó porque las casas se volvieron grandes, dando a entender que había llegado al tan conocido por él, el barrio de ''riquillos'' como escuchaba decir por las calles. Sabía lo que se le aproximaba al llegar a su casa, sabía que volvería a la rutina que algunos días de la semana, ocurrían.

Quería huir, pero sabía que él lo encontraría, con todo el poder que tenía, lo hallaría, sabía que si huía dejaría a su hermano con ese enfermo, y eso no lo permitiría, no mientras el siguiera respirando.

— Mira quien se digno a venir — dijo una voz gruesa y firme, interrumpiendo sus pensamientos — sabía que vendrías, siempre lo haces por ese inútil renacuajo, pequeña perra — su tío vestido formalmente, como si hubiese regresado de una de sus tantas reuniones importantes, lo miraba con una sonrisa de suficiencia y burla desde la puerta de su gran casa — entra antes que alguien te vea en ese estado y saquen algunas ideas en sus pequeñas mentes.

Y él solo pudo asentir con su cabeza gacha, a fin de cuentas, mañana iría a su universidad y sería feliz en esos instantes, luego pasaría la tarde con su hermano porque su tío se iría de viaje, como cada semana, y sería feliz, por poco tiempo, pero lo sería.