Prólogo

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¿Cómo acabamos así?

Un gran y bonito bosque, donde es el hábitat de variados pokemon que durante mucho tiempo cuidaron y protegieron de cualquier cosa o ser vivo que consideraran peligroso... Ahora mismo aquel bosque, estaba casi irreconocible.

Todo el campo verde que reflejaban el brillo del sol, los árboles que daban sombra a los pokemon para refrescarse un rato o donde algunos vivían en las copas del árbol, y ese aire natural y refrescante que tranquilizaba a los pokemon y que les transmitía el mensaje: "este va a ser un buen día" junto con ese hermoso cielo azul con nubes que siempre traían una forma diferente cada vez que los veía, a todos les encantaba observar ese fenómeno que, según ellos, solo su hogar lo tiene.

Esto ya no parecía en nada al hogar que siempre habían cuidado con tanto esfuerzo.

Arboles totalmente arrancados de sus lugares, algunos se encontraban partidos en dos o en más pedazos y tirados al suelo, otros estaban totalmente quemados, mientras que otros seguían en llamas y se extendía aun más hasta crear un incendio en todo el bosque. Todo ese campo verde, ahora solo se podía ver un campo de tierra como si fuera una arena de batalla, por lo menos, algunos pequeños vestigios de lo que alguna vez fue ese campo, aun resistían ahí, aunque tal vez solo era cuestión de tiempo para que finalmente no quede nada de nada.

El cielo azul, era en este momento oscuro, pero no como el de una bonita noche con estrellas, este era uno sin esas luces que lo adornaban, y que junto con el aire, ahora no transmitía nada bueno ni relajante, esta vez el mensaje era: "¡Huyan!". Aquellas nubes, ya no eran las misma, todas esas nubes se habían juntado para tornase de un color igual que esa noche, mientras se oían relámpagos caer cada cierto tiempo y probabilidades en que algún momento llueve; definitivamente, este era forma más aterradora que pudieron ver de sus nubes.

Pero, en lo que nos concentraremos ahora, es lo que esta pasando dentro de ahí.

En el ambiente era demasiado tenso entre los tres Pokemon, aunque para uno esto no era nada, como si no le importara en lo absoluto lo que pasaba, solo quería terminar con esto de una vez, esto demoró mas de lo que se imagino.

En Pokemon gigante y con varios pequeñísimos pies en su cuerpo, se encontraba en frente de dos Pokemon más bajos que el. El primero era un Pikachu macho, pero no cualquier Pikachu macho, era el mejor amigo y primer Pokemon de su entrenador que viajo por varias regiones, ni más ni menos que, Ash Ketchum de pueblo paleta, o como otros le llaman, "El pierde ligas" (Aunque ya ganó una, pero siempre sera recordado por eso.). Aquel poderoso Pikachu, ahora esta más débil que cuando viajaba a una nueva región, permanecía en el suelo totalmente debilitado y su cuerpo tenia un ligero tono morado que lo hacia sentir mareado, lo que significa que fue afectado por un movimiento tipo veneno. Pikachu hacia todo lo posible para levantarse y continuar, pero las batallas anteriores que tuvo, el malgaste de energía que se provoco a sí mismo, el veneno que le comenzaba a arderle todo el cuerpo y la pata que tenia lastimada estaban ganándole, lo único que podía hacer era ver el pelaje café del pokemon que se encontraba al frente de el, que se supone que tenia que proteger como el mismo prometió.

La pokemon que ahora protegía a Pikachu, era una pequeña Eevee, pero no cualquier Eevee de algún lado, o alguna que conoció en sus antiguos viajes. Esta Eevee era la tímida pokemon de una entrenadora de Kalos, que no era ni nada más, ni nada menos que de la exhibicionista pokemon, futura reina de Kalos y viaja amiga del entrenador de Kanto, Serena. Aquella Eevee no paraba de temblar por tener a semejante y aterrador Pokemon frente a ella, en este instante hubiera huido de ahí para así salvarse y evitar que sufra algún daño, pero eso ya quedó atrás, ahora no se iba a acobardar, iba a proteger a Pikachu como de lugar, aunque ese pokemon sea, según a sus ojos, 30 veces mas grande que ella. Aunque ahora mismo esta temblando aun más que una persona sin ropa en invierno, eso no le importaba, como le dijo Pikachu, "Tener miedo es normal a la hora de enfrentarte a tu sueño, pero eso no te va impedir a que lo puedas cumplir". Con eso en mente, su sueño en este momento, era... proteger a Pikachu y todos los Pokemon de este bosque, sin importar al peligro que se enfrentara justo ahora, después de todo, es el sueño que ahora quiere cumplir... Solo esperaba que su entrenadora estuviera orgullosa de lo que esta haciendo. Puede ser que ahora mismo todo su cuerpo este temblando por el miedo que sentía correr en su sangre, pero su rostro y sus ojos reflejaban totalmente lo opuesto a ese miedo.

¿?: Solo por estar en ese estado tan deplorable, no significa que tendré piedad con ustedes y los perdone. Fueron una molestia en nuestros planes, pero al fin todo esto se acabó y ustedes junto con este bosque, salieron perdiendo-dijo el gran y aterrador pokemon con un tono de voz serio y con molestia

Aquel peligroso pokemon, dio un gran salto, en aire tomó forma de una bola y comenzó a girar muy rápido en el mismo lugar como si de una rueda a máxima velocidad se tratase, estaba muy seguro que esto los acabaría de una vez, de esa manera se ahorraría el tiempo de enterrarlos para no volver a ver sus cuerpos como lo hizo con todos a los que enfrentó, mientras que Pikachu aun intentaba sacar fuerzas de algún lado para poder seguir peleando y proteger a Eevee. Mientras que la nombrada solo tenia la cabeza agachada mientras miraba de reojo a Pikachu, quien se encontraba detrás de ella. Y por alguna razón, un pensamiento llegó a su cabeza, o más bien una duda, la misma que nos hicimos al principio...

¿Cómo acabamos así?

Y por suerte, esa duda, sí tiene respuesta.

Solo tenemos que ver, hace varios días atrás...

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Espero que les guste :)

Tal vez en unos días suba el próximo capítulo

Un amor confuso e inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora