1 día sin saberlo

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Mikasa

Desperté temprano por la mañana como era de costumbre; al ver a Eren dormido, abrazándome con tanto miedo, me dio mucha ternura así que lo dejé dormir por más tiempo mientras yo acariciaba su cabeza y su mejilla que no estaba cubierta.

El tiempo corría y recordé el como había encontrado a Eren en la madrugada, estaba realmente asustado y lo estaba aún más porque dice que en su sueño yo no estaba, la bufanda sí...pero yo no.

Eso último hizo que lo abrazára ya que por mi parte, yo he soñado varias veces que Eren por alguna razón no podía transformarse pero no sé por qué se encontraba en la mano de un titán, eso a mi es lo que me da el mayor miedo.

No lo hago notar porque no quiero que se preocupe por sólo un sueño.

De pronto la ventana comenzó a dejar pasar la luz del día, que inundó la habitación en cuestión de minutos. Acaricié, está vez, sus ojos que de repente me hizo sentir un cambio bastante brusco. Sentí un miedo profundo y terrible.

Los ojos de Eren pronto comenzaron a abrirse lentamente y dirigirse luego luego a mi mirada

- ¿Llevas mucho despierta? -  negué con la cabeza, tratando de ocultar ese sentimiento.

Eren volteó su cuerpo hacia arriba y miró el techo, sin soltarme

- ¿Qué tienes? -  preguntó

- Te amo -  dije sin más, forzando una sonrisa y acaricié su rostro, me acerqué a él y le di un beso corto, volví a mirarlo quedándo algo perdida en sus ojos, esos ojos que ahora cambiaban de una mirada siempre alegre y motivadora a unos ojos preocupados y tristes

- Yo también Te amo -  contestó

- Tú tienes algo -  dijo mirándome con atención otra vez

- ¿Qué podría tener? -

- No lo sé con seguridad, pero solo sé...que te preocupa algo -

Bajé mi mirada, no pude seguir mintiendole a una persona que me conoce de todo y desde siempre.

- Tú, eres lo que más me preocupa -

- ¿Por qué? -  preguntó

Me levanté y la verdad mis ojos no pudieron evitar llenarse de lágrimas

- Al verte...sentado, tan preocupado..y...temblando así...no pude evitar...no preocuparme -  dije entrecortada, conteniendo las lágrimas que amenazaban en salir.

Eren se levantó y me miró, tomó mi mano y la colocó en su pecho

- Lo siento -

- Al sentir...como me tomabas..con tanta fuerza...y confesarme del..miedo que tienes...al pensar que me perderás....hizo que mi alma...se sintiera vacía....con ganas de...tomarte, abrazarte...y no soltarte jamás, yo también tengo miedo....y..lo que lo hace más horrible....es que...ni sé...qué es a...lo que...le tengo miedo -

Eren elevó la mano que tenía sujeta y la colocó al rededor de su cuello, después tomó la otra e hizo lo mismo, tomó mi cintura y me acercó a él, atrapándome en un abrazo de consuelo que correspondí de inmediato.

Me aferré a su espalda casi con el mismo miedo con el que Eren me tomó en la madrugada y dejé salir mis lágrimas, las cuales parecían un río sin fin y comencé a sollozar.

- Yo también tengo miedo de
perderte -  dije arrugando la camisa que lo acompañaba

Eren me abrazó más fuerte y comenzó a sobar mi espalda y a acariciar mi cabeza para calmarme

- Hicimos una promesa...hay que cumplirla -

Yo asentí y no dejé de abrazarlo ni de llorar, me sentía mal porque de algún modo....yo sabía que no podía hacer mucho para ayudar a la persona que amo.

Eren me separó de él y me miró triste, tomó mis manos de nuevo y las colocó en su rostro, de manera que yo la tomara

- Mi amor, mírame...mírame y ya no llores, por favor amor, mírame -

Abrí mis ojos y miré los suyos, tal y como me pidió, lo que hizo que lo tomara con más seguridad

- Aquí estoy, estoy bien, tal y como tú lo estabas en la madrugada -  solo asentí y lo acerqué a mi poco a poco

- Tú y yo estaremos uno para el otro, somos nuestro propio apoyo y tenemos que cumplir con ese motivo, te mantendré a salvo así me cueste la vida, quiero que seas feliz, quiero hacerte feliz... -  asentía mientras sus labios ya se encontraban a milímetros de los míos   - Por eso te hice mía -  de alguna forma, eso hizo que me detuviera y que me alejara un poco sin que mis lágrimas dejaran de caer

- Tú eres mía, y siempre lo serás, desde aquella noche hasta ahora, tú eres mía, de mi propiedad y yo, soy de tú propiedad...nada más, y nada cambiará eso, ese es nuestro más grande motivo, nuestro eslabón más fuerte -

Eren tomó mi espalda y volvió a acercarme a él tal y como estábamos antes, uniendo mis labios con los suyos, moviéndolos de una forma pacífica y tranquila, un beso lleno de amor, tristeza pero que también tenía seguridad y esfuerzo, esfuerzo que ambos hacemos y haremos por protegernos.

El beso fue largo pero fue interrumpido por el tocar de la puerta

- Pase -  dije sin pensarlo dos veces, mientras Eren me abrazaba por la cintura y recargaba su cabeza en mi hombro

- Hola chicos...¿No van a salir? Haremos otro entrenamiento -

Yo mire a Eren y él me miró a mi para después mirar a Armin de nuevo

- Ya en un momento más salimos, no te preocupes -  dijo Eren con algo de desánimo

- ¿Pero ya te sientes mejor? -

- Sí, no te preocupes Armin, ya estoy bien -

- Bueno, los veo en el comedor -

Ambos asentímos

Nos volvimos a mirar y nos dimos otro beso parecido al anterior para después alistarnos e irnos hacia allá.

En el camino, Eren me tomó por la cintura y no me soltó hasta que llegamos a la puerta. Se separó. Nuestro miedo se convertía en nuestro apoyo. Aún así, ambos compartíamos ese miedo y esa impotencia. ¿A qué? No lo sabemos y eso es lo que realmente produce terror.

¿Cambiar?  Sólo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora