Final

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Eran las 2 de la madrugada cuando Jimin se levantó cuidadosamente de la cama, observó a Jungkook dormir plácidamente, su rostro se veía relajado, su cuerpo emanaba paz.

Una lágrima rodó por la mejilla de Jimin y sin darse cuenta estaba llorando, mentiría si dijera que no estaba extremadamente triste por lo que iba a hacer pero era tiempo de hacerlo, se sentó en el escritorio y le escribió una carta.

Con cuidado de no despertarlo se sentó en la cama y con su dedo índice recorrió desde sus hombros, hasta sus mejillas, dejó un casto beso en su frente antes de levantarse y volver al escritorio para dejar la carta en un lugar que fuera visible para el chico y finalmente se fue..

En la mañana Jungkook despertó con tranquilidad como de costumbre, se extrañó de no ver a Jimin a su lado pero le resto importancia pensando que se había vuelto a esconder, se levantó, fue al baño a cepillarse y cuando volvió a su cuarto algo llamo su atención, una carta y en el sobre decía Jimin.

"Querido Jungkook, cuando despiertes no me vas a encontrar a tu lado, pensarás que estoy debajo de tu cama pero no es así, me fui, y no me fui porque quise, verás, los monstruos tenemos reglas y hay que cumplirlas al pie de la letra, yo las cumplí perfectamente pero cuando me dejaste de tener miedo, rompí las reglas y como dicen las reglas, me tenía que ir, tú fuiste diferente a los demás, me querías, me alimentabas, me cuidabas, a pesar de que no quería irme de tu lado, tu ya no me tenías miedo, así que a pesar de que no quise, tuve que hacerlo. Pero quiero que sepas que siempre te quise mucho, desde que eras un pequeño niño de 6 años hasta ahora, siempre te voy a querer y jamás te olvidare, fuiste él mejor amigo que jamás tuve, Nunca te olvides de mi Nochu". Jimin.

Jungkook terminó de leer la carta con sus ojos humedeciéndose por las últimas palabras que decían, corrió hasta debajo de la cama para ver si era un broma de mal gusto pero no era así, estaba impecable, como si nadie hubiera vivido allí por tanto tiempo. Se aferró a la carta y cayó al piso para finalmente romper en un doloroso llanto.

Todo era su culpa, tal vez si no le hubiera dicho a Jimin que no le tenía miedo aún estuviera ahí con él, jugando, riendo junto a él. Pero ya las cartas estaban echadas y no podía cambiar sus elecciones pasadas, había perdido a su más grande amigo y lo más importante su primer amor.

En ese momento se hizo una promesa de jamás olvidar aquel chico de cabello color nieve, sonrisa angelical que habitaba debajo de su cama con el nombre de Jimin.



Fin..

Debajo de la cama °Kookmin°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora