Narra Amber.
No sé porqué estaba tan nerviosa, si esto que haré no logrará que hoy conozca quien es el poeta, solo me acercará más a él. Aunque pensándolo bien es un gran paso, así ya no mirare a cualquier chico que sea del Instituto, solo a quienes pertenecen a tal dicho curso, cosa que iré a saber en minutos.
Había salido un poco más temprano de lo normal, ya estaba entrando al Instituto iba algo con prisa no podía ocultar la ansiedad, en todo el camino solo pensaba en el poeta, me imaginaba su rostro, las excusas que me dirá al encontrarnos, cosa que no he encontrado algo coherente porque lo que hace no tiene sentido o quizás me quedaría con la primera hipótesis, de que es un ñoño y que no quiere que le rechace de buenas a primeras, pero no ha mostrado interés en mi, quizás quiera ser mi amigo pero como sabe que soy algo... Distante, no se atrevió hablarme.
Cuando llegué a la Secretaría la Señorita me dijo que la esperara un momento ya que estaba gestionando algunas cosas.Movía las piernas de la ansiedad, odio esperar.
-Señorita adelante...- la voz de la secretaria me despertó de mis pensamientos, casi di un salto pero me levanto y me acerco a ella.
-Si gracias, quisiera saber si usted me puede facilitar los horarios de clases de los cursos del último año.
La Secretaria me miró extrañada.
-Claro Señorita ¿quiere cambiar de manualidad?- preguntó mientras manipulaba el computador con destreza.
-Eh no... Ya sabe a estas alturas sería un suicidio, es para saber si un pariente mío puede mudarse aquí.
La secretaria asintió con una sonrisa.
-Ya se los imprimo y se los paso.
Asentí mientras la observaba como lo imprimía. Eran una hoja de tamaño oficio. Se veía las tablas en donde estaban los horarios.
-Aquí tiene.
-Muchas gracias.- agarré el papel y no esperé hasta llegar, lo leía mientras avanzaba.
De repente tropiezo con algo o mejor dicho con alguien, ni me da tiempo de gritar del susto, lo único que mi mente está pensando en mil por horas es que me quebrare la cabeza, así que por inercia cierro los ojos, para sentir el impacto.
Pero un momento... El piso no está tan duro como pensé, ni siquiera me golpee la cabeza, abro los ojos como platos al darme cuenta que caí encima de alguien, y no de cualquier persona.
La chica del baño, la que reparó mi celular.
-Auch me duele la cabeza.- decía mientras trataba de abrir los ojos, yo no sabía cómo reaccionar, estaba centímetros de su rostro, aún estaba impresionada por la caída.
-¿Estás bien?- logré preguntar entonces automáticamente la chica abrió totalmente los ojos y me empujó para levantarse.-¡Ay! ¿Que mierda te pasa?- me golpee un poco el brazo.
-Lo siento fue del susto.- dijo sobando su cabeza con una mano.
-Ni que fuera un fantasma.
-Déjame ayudar para levantarte.- me extendió su mano, lo pensé unos segundos luego miré a sus ojos que eran prácticamente de color Esmeraldas, acepté su ayuda y le pasé mi mano, aunque habíamos discutidos algunas ocasiones se notaba que lo lamentaba.
Narra Areli.
Ya estaba sintiendo arrepentimiento cuando por fin extendió su mano, pensé que no la aceptaría ya que tuvimos malos momentos.
Pero al sentir su mano suave y delicada me volvía ese sentimiento de retractarme en ayudarla.
No porque no quisiera sino porque soy tan obvia en mis expresiones, ya mi amiga me había regañado por eso.
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A Pesar de todo te Elegí a ti.
RomanceUna chica con problemas familiares, un pasado nada agradable, hizo que optara por el cambio, es mas rebelde, que se cree la mas popular del colegio, la señorita ejemplar y dura, siendo así la más respetada por los estudiantes y admirada por muchos h...