Y Si Te Digo Que Eres Hermosa? (JenLisa Ver.)

7. El Defensor

Jennie.

Fui a mi sesión de estudio con Lisa. Saqué mi cuaderno y ella se quedó mirando.

—Creo que te haz equivocado de cuaderno...—y tenía razón, traje el de Jisoo.

—Si, pero el contenido es el mismo, asi que no importa.

—Bueno...como quieras

Me quede mirando las fotos de la tapa del cuaderno de Jisoo.

—Lisa, estas chicas y chicos son muy guapos, mira, que lindos y lindas todos, no crees?

Lisa miro de reojo y volvió a ver sus apuntes.

—Empezamos a estudiar?—preguntó y yo asentí.

Llegue a mi casa bastante cansada, mañana teníamos sesión de estudio con las chicas y sentía que si estudiaba un poco más mi cabeza explotaria.

Decidí darme una ducha e irme a dormir.

Al día siguiente, era sábado, me levanté temprano y deje los libros en la tienda.

Jisoo:
Me traes pastilla para la gripe?

Jennie:
Okay chicken, te lo llevo.

Compre las pastillas y fui a la casa, me asegure que Jisoo las tomará y me aliste para volver a salir a la sesión de estudio.

—Les dices a las chicas que me disculpen que no vaya pero que estoy enferma—me dijo Jisoo desde su cama.

—No te preocupes por eso, cualquier cosa me avisas por mensaje.

—Okay JenJen, suerte! Aprende bien para que me expliques luego!

Sali de la casa y fui a la tienda de libros, Lisa me había mandado un mensaje de que estudiariamos en ese lugar. Al llegar solo vi a Lisa sentada.

—Hola Lisa, y Rose?—pregunté.

—Su mamá la llamó y se quedó hablando, no va a venir.

—Asi que solo somos tú y yo...—no podía pasar por alto los cambios de ropa y peinado que Lisa tenia, que aunque fueran sencillos la hacían ver como modelo, incluso mejor que las fotos de chicos y chicas guapos del cuaderno de Jisoo, que ahora que me doy cuenta, Lisa ha hecho cambios parecidos a esa fotos.

—Puedes dejar de mirarme tanto.

—Es que esa ropa...y ese peinado..

—Basta...estudiemos porfavor

—Te importa si voy a comprar algo para tomar en la tienda de al frente?—pregunté y ella negó.

Lisa.

Mientras Jennie se fue a comprar me puse a leer el tema que estudiariamos hoy.

—Disculpa—levante la mirada hacia una mujer vestida elegante y que me miraba con sus ojos muy abiertos—te gustaría hacer un casting para una empresa de entretenimiento y modelaje?

—Ayy... Lisa cuidado!!!—escuché a Jennie gritar y venir corriendo y tirarse encima de un chico que estaba atrás mío. El chico se quejó mientras Jennie lo mantenía abajo y todos nos miraban—quería robarte, lo vi agachandose atrás de tu mochila!

—Yo..ayy..solo iba a atar mi zapatilla... —dijo el pobre chico con aun su zapatilla desamarrada.

El rostro avergonzado de Jennie era un poema.

Jennie.

No puede ser posible que en la tarde quedé en vergüenza frente a Lisa. Qué pensará de mi ahora?

—JenJeeeen!!—grito Jisoo desde su habitación, si, seguía enferma. Fui a verla y tenía un billete en su mano—ve a comprarme chocolate caliente, porfavor.

—Jisoo...ya es tarde y hace frío...

—Por favoooor JenJen!!

—De acuerdo, dame ese billete..—dije sin muchas ganas antes de ir a abrigarme para salir a comprar.

Llegue a la tienda y me tocaba pedir pero tres chicos se metieron delante mio, iba a decirles algo pero se veían tan grandes...no había forma de ganarles, así que solo hice fila tras ellos. Una vez que me tocó pedir, pedí unas donas y un café también.

—Creo que he pedido mucho...—dije hablando conmigo misma mientras llevaba el pedido en las manos. Tenía el chocolate y las donas en una mano y el café en la otra mano.
No me di cuenta del anuncio de piso mojado... , y me resbale, cayendo de rodillas y derramando el café en uno de los tres chicos intimidantes de antes.

—Qué acaso no ves!? Mira mi camiseta chica tonta!!

—Lo siento...—dije sin poder moverme por el dolor tan intenso de mis rodillas.

—Sabes cuánto cuesta esta camiseta!?

—Yo pagaré la lavanderia...—respondí

—La lavandería! Ja! De verdad que eres una chica tonta!

—Hey...ya dejala!—un chico se acercó y me ayudo a levantarme, el dolor de mis rodillas fue peor, pero agradezco su ayuda—esa camiseta no cuesta nada, deja de molestarla y sigue tu camino.

El chico con la camiseta manchada se fue con sus amigos molesto, pero al menos me dejó en paz. El dueño del lugar me ayudó a curar las heridas que me hice en la rodilla y le hecho crema desinflamante a la otra.

—Gracias...—le dije al chico que me ayudo.

—Si, de nada, eran muy abusivos, no tenían porque gritarte asi.

—Igualmente, muchas gracias.

—Bueno,  me voy, que te recuperes pronto!

—Gracias!