Aquel Músico [Kubel]

3

Como Kubo había prometido, le enseñaría parte de la universidad a Miguel, junto a el centro de la ciudad, al menos lo suficiente como para no perderse y saber volver a las habitaciones del instituto. Era algo temprano y muchos de los chicos que vivían en el mismo edificio que ellos seguían dormidos. Para ambos muchachos, despertarse temprano no era problema alguno, por costumbre habían madrugado gran parte de su vida.

–Bien, primero creo que esto es algo obvio, pero compartimos edificio con casi 30 chicos más. –dijo el asiático, Miguel lo seguía a medida que salían de la habitación y caminaban escaleras abajo para llegar a la entrada de los edificios. –El terreno de la escuela es algo grande, así que tendrás que despertar temprano para llegar a tiempo a las clases.

–No hay problema, siempre he madrugado. –habló algo orgulloso de ello, recordando que su abuela Elena lo hacía levantarse temprano para trabajar, era casi una condición para salir a las tardes a tocar en la plaza del maruachi.

Ambos chicos seguían platicando un poco de como solían vivir antes de llegar a San Fransokyo, experiencias cómicas o cualquier tema, casi parecían amigos de toda la vida. Un poco después de caminar se encontraron en el centro de la universidad, había un puente y grandes edificios al rededor.

–Bien, ¿ves esos edificios? –señaló con sus dos manos dos edificios diferentes, que estaban en diferentes lados.–Aquel –movió su uno de sus dedos de la mano izquierda– Es el edificio de tecnología, pero supongo que no vas en él. –bajó su brazo izquierdo y entonces movió un dedo, está vez de la mano derecha. –Aquel, es el edificio uno de talentos, es para artistas.

–¿No se supone que si es de talento, es para artistas? –preguntó Miguel al ver que Kubo había hecho énfasis en "Edificio uno".

–Bueno, en teoría sí, pero en talentos también incluyen deportes, pero ese edificio está más alejado, necesita mucho más espacio. El edificio al lado del instituto de tecnología es administrativo y el que está al lado del de talentos es recreativo para todos los alumnos.

Siguieron caminando, más adelante de esos edificios, y de un enorme campo abierto, usado como zona recreativa, se encontraba la entrada de la universidad. Dieron un par de pasos fuera de la escuela y detrás de ellos se escuchaban fuertes pisadas de alguien corriendo, ambos se dieron la vuelta para saber de quien se trataba pues cada vez el sonido estaba más cerca, la cara de Kubo se iluminó al ver quien era.

–¡Kubo! –gritó feliz un joven alto y delgado, su cabello era ondulado, casi chino, y castaño, parecía muy descuidado, tenía unas marcadas ojeras bajo sus ojos y tenía una curita en una de sus mejillas, si vieras sólo su cara creerías que se trata de alguien que vive en la calle, pero su ropa indicaba todo lo contrario, parecía ser una persona adinerada. Cuando se acercó lo suficiente al japonés lo tomó de la cintura para abrazarlo, levantarlo y darle un par de vueltas, ambos chicos reían y Kubo lo tenía tomado de los hombros.

"¿Acaso son pareja?" se preguntó el mexicano, el chico alto bajó al japonés y comenzaron a hablar, olvidándose de su existencia, cierto sentimiento de decepción se acumuló en el pecho de Miguel, él no creía que hubiera razón para estar así, por lo que decidió ignorarlo pensando que era nostalgia o algo así.

–¿Quién es él? –Miguel fue señalado por el chico alto, "¿Cuánto mide? Es más alto que Kubo y él es más alto que yo."

–Oh, él es Miguel, mi compañero de cuarto. Miguel, él es Eggs. – "...Huevos... Su amigo se llama huevos...¿Quién le pone ese nombre a su hijo?" Trató de no reír.

–Oh, ¡Es un placer conocerte! –Eggs hizo una pequeña reverencia a la vez que extendía su mano, Miguel no sabía si su acento era fingido o tenía un muy, muy fuerte acento propio de Inglaterra, sin pensar mucho en ello le tomó la mano y se saludaron.–...Aunque no realmente.