Parte 1

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- Hasta mañana Himeko. Muchas gracias por encargarte del trabajo restante -

- De nada Mei-Mei. Descansa. -

Mei salió de la escuela con prisa. Desde que canceló su compromiso con Udagawa sentía que estaba viviendo un sueño. Sus padres y abuelo habían tomado bien su relación con Yuzu, sus amigas también las apoyaban y aunque aún tenían asuntos por resolver, se sentía la mujer mas feliz del mundo porque pronto se casaría con su amada rubia.

- Ya quiero llegar a casa - Pensó la pelinegra con una sonrisa en su rostro.

Desde que regresó al lado de Yuzu, Mei se prometió a sí misma ser más honesta respecto a sus sentimientos y sus deseos. Trataba de demostrarle a la rubia lo mucho que la amaba cada día. Quería recuperar el tiempo que habían estado separadas y sobre todo, resarcir aquel mal momento qué le hizo pasar a su amada tras su separación.

Era frecuente despedirla o darle la bienvenida con un beso y hasta un abrazo, abrazarla al dormir y hasta decirle "te amo" de vez en cuando. Estaba decidida a demostrarle su amor a Yuzu de muchas maneras. Sin embargo, desde que estas demostraciones de afecto empezaron a ser frecuentes, Mei notó que Yuzu empezó a tomar distancia. La pelinegra sabía que su amada disfrutaba sus besos y caricias, pero cuando estas iban subiendo de tono, la rubia terminaba alejándose siempre. Por su parte Mei no sentía que estuviese en una posición en la que pudiera hacer un reclamo. Tal vez Yuzu de cierta forma estaba dolida con ella y necesitaba tiempo, así que por el momento decidió no darle tantas vueltas al asunto y seguir siendo cariñosa.

Mientras tanto en la casa de los Aihara...

- Ultimamente me cuesta dormir a su lado. Sentir su calor cerca me excita demasiado. No es suficiente con solo besarla o abrazarla. Cada vez quiero más. Por las mañanas debo tener mucho cuidado para que ella no note mis erecciones en esos días donde mis sueños se vuelven más atrevidos y despierto en sus brazos.

Una caliente Yuzu sumida en sus pensamientos, comenzó a acariciar su seno izquierdo mientras que con la otra mano descendía lentamente por su abdomen. Confiada en que su madre se encontraba de viaje y su novia llegaría tarde del consejo estudiantil, empezó a tocarse.

- Mei... te deseo tanto.

Su mano derecha había descendido hasta su entre pierna y acariciaba su enorme erección. Fantaseaba con Mei completamente desnuda en distintas posiciones.

- Amm.... Dios, esta abstinencia me esta matando ammm - Decía una sonrojada Yuzu aumentando la velocidad con la que frotaba su miembro. -

En la entrada del apartamento se encontraba Mei, buscando silenciosamente sus llaves. De camino a casa había pasado a la pastelería a comprar el postre favorito de Yuzu, quería sorprenderla con algo que ella disfrutase. 

Abrió la puerta y se sorprendió al ver qué Yuzu no estaba en la sala viendo TV o en la cocina preparando la cena.

- Tal vez está en la habitación tomando una siesta - Pensó.

De repente detuvo su marcha abruptamente. Tenía la impresión de haber oido algo parecido a un gemido.

- Ammm, ammm... - 

¿Eran esos gemido de Yuzu? por un momento la pelinegra palideció. ¿Estaba Yuzu teniendo sexo con otra chica? eso explicaría porque esta tan distante.

Su corazón empezó a doler de repente, sabía que Yuzu la deseaba. En el pasado lo había dejado claro, pero debido a su inexperiencia, Mei siempre terminaba rechazándola. Por otro lado estaba su condición intersexual, Mei sentía mucho miedo de solo pensar que existía una pequeña probabilidad de quedar embarazada al tener relaciones con Yuzu. Sin embargo, la rubia le habría propuesto en una ocasión masturbarse mutuamente sin tener penetración, algo que a Mei le sonó pero no fue capaz de aceptar en ese momento.

Primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora