Le hace falta un beso.

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Viernes 7:30 pm, una chica albina está sentada en una lujosa silla giratoria de piel esperando los últimos 30 minutos que le falta para regresar a su cálida casa y por fin ver a su amada esposa, toca el botón de la pequeña bocina en su escritorio que le sirve como comunicador con la amable mujer que le funge como agenda en sus días de mucho trabajo.

-¿Jillian tengo más trabajo?- La albina preguntó con un tono cansado y esperanzado de que la respuesta fuera negativa mientras acomodaba un montón de hojas en otro montón de hojas aún más grande.

-Por el momento esta todo bien señorita Schnee, término todos los pendientes de esta semana- una voz cordial sonó del otro lado.

-Gracias Jillian, y ya te dije que me puedes decir Weiss- dijo esto y colgó la llamada después de escuchar una alegre risa del otro lado.

Desde que ella fue nombrada la nueva líder de la empresa familiar las cosas cambiaron en las oficinas, una de esas fue la extrema formalidad que impuso su padre a todos los trabajadores del lugar y sin duda funcionó ya que la vibra de las oficinas ya es más ligera que en un inicio, recuerda que resien llegada la joven Weiss de 23 años no se sentía nada cómoda estando ahi y su joven esposa de 21 años Ruby se lo dijo en unas ocasiones y eso provocó el cambio del protocolo de la empresa.

Y hablando de la joven EX-cazadora fue inevitable que su imagen llegará a su cabeza después de tan corta mención, la niña era su más grande tesoro y su motor de vida pero había algo que estaba pasando desde tiempo atrás que la molestaba y es que cuando se fueron a vivir juntas a su mansión Weiss sabía que descubriría y descubrió nuevas cosas de Ruby, cosas raras como su extraña obsesión con las galletas e incluso cosas un poco tristes con sus terrores nocturnos provocados por los traumas que tuvo que pasar para llegar a esta relativa tranquilidad, su pelea con Salem y la pérdida de amigos la hicieron así y Weiss se prometió que estaría siempre para ella. Pero a su punto de vista eso no justificaba la actitud tan conformista que Ruby tomó con el paso del tiempo y es que el hecho de que se retirara de ser cazadora para tener una vida en casa y que con el tiempo se dio cuenta que era más fácil pedirle a alguno de los cocineros que cocinará en vez de hacerlo ella como en un principio, lo que molesto o a Weiss o mejor dicho incómodo o incluso decepcionó fue que con el tiempo la pelirroja perdió ese encanto que tenía y ese amor desbordante que enamoraba a la de ojos azules y esto no seria gran problema obviamente no podían seguir todos y cada uno de los días por el resto de su vida con esa actitud melosa, lo que terminó por entristecer a la peliblanca fue que Ruby ya ni siquiera le prestaba atención a las fechas importantes y eso si estaba mal, tan solo en este último año a Ruby se le olvidó su cumpleaños y su aniversario de boda, Weiss la ama con todo su ser y está segura que Ruby también lo hace pero aún así ya no es lo mismo.

La campana del enorme reloj de pie de su oficina la sacó de sus pensamientos y la hizo darse cuenta que ya tenía que regresar a casa y así lo hizo, tomó su bolso, su abrigo y salió directo al estacionamiento despidiéndose de todos los empleados que se topaba en el camino, encendió el motor de su BMW y arrancó con dirección a su enorme mansión. Los pensamientos no la abandonaron de camino a casa, la idea de que Ruby ya no la tratara con cariño como en un inicio la torturaba y la hacía pensar muchas cosas, aunque no tan drásticas como separarse de su pareja Weiss sentía que tenía que hacer algo porque no podía seguir así, tantos años de aislamiento en su enorme casa la hicieron una persona fría congelando su corazón y fue la joven líder del equipo RWBY quien logró descongelar ese corazón lleno de amor fue esa pequeña tonta quien logró hacer que Weiss Schnee se abriera a las personas, fue su pequeña tonta quien la transformó con su actitud y amabilidad, incluso cuando su padre murió a manos de la mesa de Salem, si bien su relación no era la mejor no podía negar que el era su padre, Ruby estuvo ahí pero eso cambió y ahora siente como si ella y Ruby fueran unas simples amigas y en ocasiones siente como si fuera una ayudante más de la mansión con la que solo tiene charlas triviales del día y eso sin duda la pone triste.

Le hace falta un beso - RWBY Whiterose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora