Pasos De Cachorro

Capitulo 1. Cotidiano

El problema con lo cotidiano es que era aburrido, caminando por la acera mientras se distrae con los charcos de agua dejados atrás por la reciente te lluvia, deja salir un suspiro y levanta la cabeza, mira el vitral de un puesto y su reflejo ojeroso y cansado le devuelve la mirada.
Niega con la cabeza y continua caminando, intenta no pensar en donde quedó esa gloria de su pasado.

En esa mirada ámbar que la gente cree son lentillas, en su piel blanca pulcra que el maquillaje no alcanza a disimular, en sus marcas de nacimiento, que si no oculta, la gente pensará son audaces tatuajes. En su disimulado andar “humano”

Cuanto tiempo ha ocultado esto.

Desde que cambió al nombre Haku Daishi tal vez.

De todas formas no recuerda la mayoría de los nombres que ha usado, no hay razones para hacerlo. Sesshomaru es una sombra que le sigue.

El pasado nada más, y ahí es donde se quedará.

Su andar para en una vecindad destartalada y entra a su apartamento, lanza el maletín sin fuerza y se deja caer descuidadamente en su gran cama. Eso es un consuelo, las camas grandes son un buen cambio. Enciende la televisión sin ganas de ver nada y estan dando ese tonto programa infantil sobre Yokai poco realistas y torpes y Haku ahoga una risa de complicidad.

Este es el glorioso lord Sesshomaru de las tierras del oeste perdiendo la compostura por un día de trabajo aburrido y un final del día el doble de aburrido.

Rescata su teléfono del bolsillo de su suéter marca un número sin levantar la cabeza de la almohada, después de todo es el único al que siempre acude.

Una voz animada contesta del otro lado de la línea

— ¿Todo bien cachorro? – el altavoz puesto

— ¿Estás libre? – pregunta de regreso

—Si, ya se, voy para allá – la voz emocionada corta la llamada después de su rápida decisión

Diez minutos después Haku está abriendo la nevera vestido solo con una camisa y boxers

Mientras un inquilino se sienta en su pequeño sofá y enciende el videojuego retro que ambos aman jugar

— Entonces mi lord, me dirás qué ocurre – el individuo desparramado dirige la mirada azul hacia la cocina, de dónde emerge Haku

— Pienso jugar Donkey Kong todo el día con un lobo que no respeta el espacio, muévete un poco – el Inu se acerca al sofá y se deja caer a un lado de su amigo — ¿soda? – extiende dicha bebida al otro

— Me conoces bien – tomo el bote y paso el otro mando a su compañero
.
.
.
Claro que se conocían, desde hace siglos. El lord Sesshomaru siguio andando por el mundo y el lobo Koga se vio dando pasos por esta misma tierra. Ambos coincidieron en el último siglo y el resto es historia.