Capítulo 7

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Su espalda chocó con la pared detrás de él cuando una de las embestidas marcó el ritmo una vez más, no sabía cómo fueron a parar una vez más en la lujuria y la pasión en ese día.

Habían pasado más de dos semanas desde que volvieron de ese congreso y el presidente del país pasaba más tiempo con él que con su esposa..., aunque Ethan no podía dejar de imaginarse las veces en las cuales la pobre mujer se quedó sola en casa con un lazo que él por muy malo que fuera, le fascinaba la forma en la que el alfa lo trataba en cada uno de sus encuentros.

Sus uñas fueron a parar a la espalda del mayor cuando su vientre comenzó con las contracciones de que se iba a correr en ese instante. El alfa al darse cuenta de eso lo llevó hacia la cama donde lo acostó y comenzó a penetrarlo con embestidas que hacía que el cuerpo del menor vibrara con cada roce de sus pieles.

El alfa se corrió seguido de Ethan, el nudo cada vez se hacía más grande conforme a los encuentros y eso a Ian no lo hacía del todo feliz. Ese viejo no podía tener razón cuando dijo que las almas gemelas aún existen en este mundo lleno de corrupción y de mala fama.

Un suspiró salió de sus labios y miró con detalle al omega debajo de su cuerpo, Ethan era sumamente hermoso tan y como era. Ethan podía llegar a ser un muy buen omega sin la necesidad de ser entrenado por alguien, lo único que hacía a Ethan un defecto ante la sociedad: es hombre, hibrido y ciego. Lo matarían con solo pisar fuera de esas cuatro paredes.

Mejor lo mantenía en esa casa hasta que se aburriera y listo, aunque su lobo parecía no querer dejarlo ir por mucho tiempo más. El nudo se vacío seguido de que se cuerpo se relajó, se acostó al lado del omega quien había mantenido los ojos cerrados y la respiración regular después de la faena.

Ian estaba descuidando más de lo necesario a su país y eso no estaba bien visto, había cancelado tantas cosas en el tiempo que Ethan ha estado con él, que ya se le hacía rutina hacerlo.

Thomas y Thomas se lo decían cada vez que lo hacía, cada vez que descuidaba a su esposa, ella no hacía nada por remendar el matrimonio que poco a poco se iba apagando. Jessica tenía otros planes y en esos planes no estaba el alfa incluido y Ian iba a investigar el porqué de tantas salidas.

— ¿Estás cansado? — susurró Ian, haciendo que el omega abriera los ojos con una pequeña sonrisa perezosa.

— Solo un poco, amo — negó con la cabeza — Nada de qué preocuparse — bostezó.

— Nada de qué preocuparme — Ian rió — Estas molido, Ethan.

— En eso tiene razón, amo — sus ojos se cerraron, pero aún estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor.

— Creo que debes de dormir un poco ya es hora de irme a casa con mi esposa — dijo, con un nada en la garganta y se levantó de la cama para irse al baño.

— Tiene razón, amo — Ethan le dio la espalda — Yo solo soy el que esta con las piernas abiertas para usted — dijo, bajito, para que Ian no lo escuchara pero falló.

Ian negó con la cabeza y entró al baño, no podía dejar que las cosas se le subieran de más a Ethan.

*****

Era pasada de la media noche cuando por fin llegó a la casa presidencial sin ser visto por algún chismoso, todo estaba en silencio algo que agradeció enormemente. No necesitaba lidiar con la voz irritante de su esposa.

Aun se preguntaba que había visto en esa mujer hace quince años cuando entró en la política, en cambio cuando estaba con Ethan todo era diferente. Ethan le hacía olvidar las cosas malas del día en un parpadeo y eso era algo de lo cual lo tenía preocupado de por sí.

El Dictador {Gay} Sin correcciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora